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Información vs. medios: día trágico para el rock y la prensa comercial

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La agencia oficial Télam y el portal Infobae desataron el pánico al alarmar sobre la cantidad de muertos y heridos en el recital del Indio Solari en Olavarría. Ninguno de los autodenominados “grandes medios” cubrió el show, a pesar de su reconocida magnitud. El héroe del día fue el periodista Facundo Pedrini que organizó la información de personas buscadas por sus familias. Y la gente que abrió cuentas en las redes sociales para compartir y difundir datos.

A la 1.23 de la madrugada la agencia oficial Télam informaba que 7 personas habían muerto en el recital ofrecido por el Indio Solari en Olavarría. Minutos después el portal Infobae ocupaba las cuatro columnas de su front page con un solo título: “Hubo al menos 10 muertos en el recital”. El título y la nota fueron difundidos por la cuenta de Twitter de Infobae a la madrugada. Así los medios comerciales sembraron el pánico entre los miles de familiares que comenzaron a intentar comunicarse con hijos, padres, amigos y conocidos que formaron parte de las 300 mil personas que asistieron al recital. Colapsadas las líneas de celulares, en una ciudad desbordada por la multitud y con una negligente e irresponsable organización que la dejó, entre otras cosas fundamentales, sin luz y, por lo tanto, sin acceso a recargar teléfonos o acceder a wi fi, lo que siguió fueron horas de desesperación, durante las cuales la información circuló por las redes sociales.


La cuenta de Twitter de Facundo Pedrini, periodista conocido por su labor como redactor de las placas de Crónica TV, comenzó a difundir desde muy temprano los pedidos de ayuda para buscar personas perdidas en Olavarría. Pedrini armó una lista de acceso libre y permanentemente actualizada con los datos que iba recolectando: buscados, encontrados, internados, dados de alta y muertos. Así se pudo establecer que las muertes eran dos, información que a lo largo del día fue confirmada por la fiscal en conferencia de prensa.
También se conoció cómo se produjo el grave error de la agencia Telam: la Comisión Interna emitió un comunicado detallando que la negativa a pagar horas extras o compensar las horas trabajadas durante el fin de semana determinó que la dirección periodística de esa empresa pública levantara la cobertura del recital.
En realidad, ninguno de los autoproclamados “gran medio” estuvo allí para informar. Las primeras informaciones periodísticas las produjo un periódico online y una radio FM local.
“Para culpables hay tiempo: ahora, a buscar a los pibes”, sintetizó una placa de Crónica Tevé a las 9.22 de la mañana. Esa era la información indispensable para producir en tiempo y forma, de manera profesional y con fuentes confiables, tal como requiere el oficio periodístico en momentos de conmoción social.
También habrá tiempo para opinar y sacar conclusiones sobre qué produjo el desastre en el recital de Olavarría.
Ahora, es la gente la que en forma solidaria armó una página de Facebook y una cuenta de Twitter para facilitar la búsqueda de familiares. Forzaron así a que, promediando la tarde, las autoridades se hicieran cargo de abrir una línea gratuita para requerir información.

Información telefónica sobre personas buscadas en Olavarría: 02284 44800
Consultas al hospital de Olavarría: teléfono 02284-440800 (internos 2303/2305)
Terminal de Ómnibus de Olavarría: 02284-42033
En Twitter: Red de Ayuda – Indio Solari en Olavarria
En Facebook: Recital del Indio- Dónde estás?

 

El comunicado de la Comisión Interna de Télam:
“El jueves por la mañana el Gerente Periodístico, Daniel Capalbo, informó que la empresa levantaba la totalidad de las coberturas periodísticas fuera de Capital Federal y por tiempo indeterminado a raíz de la que Comisión Interna no aceptaba que los periodistas no cobraran ni compensaran las horas trabajada en los viajes. La primera cobertura que fue descartada fue la del Indio Solari (anoche no hubo cobertura del recital en sí, sólo de los fallecidos, y a la distancia). La empresa entendió que no valía la pena otorgarle un compensatorio al enviado por trabajar toda la madrugada ni pagar los diez mil pesos que costaba el traslado. El precio de ese recorte fue la degradación del servicio.
La falta de rutinas periodísticas adecuadas dejó en evidencia la debilidad de la estructura del turno madrugada, desértico, a pesar de los cerca de 500 periodistas con los que cuenta la redacción. Porque la empresa desalienta que se trabaje en ese horario, por ejemplo, negándose a pagar el adicional de ley por la hora nocturna o quitando los días de vacaciones extras que, al personal de esa franja, le asegura el convenio colectivo.
Télam tiene extraordinarios recursos humanos en las secciones Espectáculos y Sociedad para realizar una cobertura de excelencia del recital del Indio Solari o de cualquier otro mega evento. De hecho, anoche mismo, muchos de esos profesionales lo demostraron. Pero esos recursos no se aprovechan si la empresa no provee las condiciones estructurales para trabajar con los estándares que se corresponden a un medio público.
El Directorio eligió ajustar por el periodismo. No existe el periodismo de excelencia sin estar presente en el lugar de la noticia. Cada peso que se recorta en el servicio es credibilidad que la agencia pierde.
Quizá a la conducción de la empresa no le importe, pero a sus trabajadores sí.
Comisión Gremial Interna”.


Generación Indio

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Una reflexión urgente y en primera persona sobre cómo impactaron las noticias del recital de El Indio Solari en Olavarría en una generación que vive la precarización de sus vidas en forma cotidiana.

(por Franco Ciancaglini) Escribo estas líneas sin ver las ultimísimas noticias, manijeado Whatsapp y charlas telefónicas y de las otras con mis amigos y mi novia – casi toda gente que solemos ir a ver al Indio- con temor a alimentar a la máquina de tirar mierda pero con la convicción de que es peor el silencio.

Escribo con el siempre nefasto diario del lunes arriba de la mesa, apuntándome.

Escribo sin saber con certeza cuál es la cantidad de muertos en el recital de ayer, pero sabiendo que es un dato menor porque -más allá de operaciones mediáticas y políticas- de esto hay que hablar. Y parece ser ahora, porque nos hicimos los boludos siempre.

Escribo con la memoria de haber ido a ver al Indio a cinco ciudades distintas y pasarla bien y mal al mismo tiempo.

Bien porque disfruto de escuchar la música que me gusta en vivo; mal porque fue a cualquier precio.

Bien porque disfruté de las famosas “misas” – en las que nadie puede negar que se la pasa bien-, esas que hoy se convirtieron en un funeral.

Mal porque está todo bien, hasta que está todo mal.

Escribo con la conciencia de saber que formo parte de una generación precarizada, acostumbrada al borde del abismo, en la calle, en el trabajo, en la vida cotidiana y, está claro ahora, en los recitales.

Cuidarnos

El Whatsapp con mis amigos empieza por el principio: dice que es siniestro que un “pelado que no puede salir del country le grite a 300 mil personas aplastadas que ´el lujo es vulgaridad´”. Así como se puede sintetizar al fútbol como 22 millonarios que patean una pelota, esa frase es también parte de los mundos que vivimos.

Primero, aceptarlo: tenemos razones artísticas, pasionales, catárquicas, tenemos muchas razones para ir a ver a un pelado que vive en country y que nos diga cómo vivir. Lo que no tenemos – como siempre en estos casos- son razonamientos, argumentos de tesis de doctorado.

¿Qué tenemos?

Experiencias:

“¿Qué nos pasa que nos cuesta tanto cuidarnos entre nosotros?”, pregunta alguien fanático del Indio en el grupo.

Otro salta: “¿Vos no manejás borracho?”.

La discusión sigue: “Todo sería hipócrita si lo vieras así. Si lo personalizás, no llegamos a nada: es un dispositivo más complejo”.

Otro dice: “No podés culpar a la gente de no cuidarse: hay responsables y no son precisamente las víctimas”.

¿Entonces quién?

“El problema es del Estado que no está presente”.

Otro apunta: “la organización”.

Alguien se anima: “el Indio”.

“¿Qué Estado?”, retoma otro. “¿El que te caga a trompadas arriba de un caballo y con un palo? Yo nunca sentí que poniendo más policía se pueda resolver algo de lo que pasa en un recital del Indio. Al contrario: se arma la 4° Guerra Mundial”.

Creo que todos tienen razón.

Tienen razón porque tienen experiencias.

Tienen razones.

Los Bulacios

La imagen del Estado montado al caballo y con un palo me lleva a otro episodio de rock y muerte que me pasó por al lado, cuando Viejas Locas tocó en Vélez. Esa noche la policía mató a Rubén Carballo, un Walter Bulacio con menos prensa, el Walter Bulacio de mi generación sub 30, esa que nunca llegó a ver a Los Redondos.

Después y antes hubieron otros Bulacios, sí, pero para mí es éste: Rubén Carballo. Estuve ese día, vi cómo la policía reprimía, cómo la escalada violenta te esperaba en la puerta hasta que pude meterme al recital y zafar. Ese día, además, detuvieron a muchísima gente y mis padres salieron a recorrer calabozos porque yo no contestaba el celular; a mí no me había pasado nada y hasta luego pude ir a ver a Rubén al hospital, cuando peleaba por su vida.

No creo que el de Rubén Carballo sea el caso – la policía suele elegir sus blancos-, pero alguien en el Whatsapp menciona la palabra “suerte”. Yo creo que usar la palabra “zafar” es mejor, porque en un punto uno puede hacer cosas para zafar o no. Suerte es un meteorito que te cae en la cabeza.

Cuando veo la larga cadena de mensajes lo primero que me llama la atención es el grado de vehemencia con la que discuten mis amigos vía celular, sin que los que fueron a verlo y los que no se planteen como dos bandos opuestos. Es un todos que  agrega matices y caras a la moneda. Veo entonces que no solo hay experiencias: así como hubo y hay una Generación Cromañón, hay una Generación Indio – y hay una Time Warp- aunque no hayamos ido a esos recitales.

Incluso mi novia, que no escucha para nada la música del Indio, me dijo que quería ir un día al recital: le prometí que sí. Hoy nos abrazamos y aprendimos un poco más: no podría hacerme cargo de otra persona que no sea yo en medio de una marea de gente amontonada. Ahora le pregunto por qué ella me pidió que la lleve: “Por el mito, es un hito contemporáneo”. Bien o mal, eso es cierto. Yo mismo me lamento no haber podido ver nunca a Los Redondos, el verdadero mito que originó todo esto. Nadie quiere perderse algo que es caracterizado como mito, incluso los que no adoran al dios. Es como para un turista ir a ver un River-Boca aunque no le guste el fútbol.

La experiencia de zafar

Ahora mi novia me dice: “No sé cómo es que tenía ganas de ir ahí, con todo lo que me contaste”. Y me hace recordar que mis relatos sobre los recitales no solo estaban teñidos de “lo bien que la pasé”, sino de cómo eran las condiciones antes y después de que la música estallara. Sin entrar en detalles de cada ciudad y su organización, en general el pésimo sonido, la lejanía de los predios y del escenario, la desorganización hecha caos, hacía que el disfrute se mezclara con el tormento. Hubo mejores y peores recitales, mejores y peores misas, pero hay algo de razón cuando mi amigo de Whatsapp dice: “En cualquiera pudo haber muerto gente. De hecho, pasó en las rutas más de una vez”. No lo dice como alguien que no sale a la calle por miedo a que lo roben. Lo dice porque estuvo ahí y lo disfrutó y lo padeció: “En todos hubo heridos, ¿cuál es la diferencia?”

“Yo mismo me puedo contar como un herido en Junín”, dice uno que en uno perdió ese día la zapatilla y volvió con los pies ensangrentados.

Entre el compendio de sensaciones desagradables en el marco de estos megarecitales se puede hablar de fríos hipotérmicos, caminatas hasta no sentir los pies, sequedad crónica de boca, dolores varios de cuerpo, dormidas en plazas, embarradas que arruinan ropas  y otras cosas que no se pueden contar, pero que fueron necesarias para llegar y volver de un recital del Indio, por múltiples razones que incluyen culpas propias, está claro.

Un amigo que está volviendo de Olavarría me habla de esto: “Lo peor fue cuando empezó el recital”. Si se lee la frase otra vez, resulta increíble. Está claro: el mejor momento es antes del recital. Cuando se entra y, sobre todo, cuando sale, la cosa cambia. “La pasé mal a la salida. Mal mal”, sigue vía Whatsapp sobre Olavarría. “Ahí me cayó la ficha de que no se puede dar un recital para 300.000 personas”.

Otro amigo que también va volviendo dice que, en los trece recitales del Indio a los que fue, “jamás viví algo como lo de ayer”.

¿Qué vio?

“La gente estaba muy violenta, era raro”, responde y menciona teorías conspirativas que se apoyan en el propio Indio (un posteo en su Facebook antes del recital llamado Un último secuestro, no) para decir que el caos pudo haber sido provocado.

¿Por quién?

El Indio dice que “es un momento especial, hay intereses oscuros que con pocos miembros pueden alterar la fiesta”. Mi amigo lo interpreta: “Juntar 300 mil personas en este momento del país es peligroso. El que antes venía un fin de semana, ahora llega sobre la hora; el que antes pagaba la entrada, ahora no; el que tomaba falopa, ahora viene a robar”. La famosa teoría de la olla a presión: “Hay que ver dónde encendés el fósforo”, dice el Whatsapp antes de perder señal en la ruta.

Recién entonces recuerdo porque decidí – medio inconscientemente- no ir a ver al Indio a Olavarría.

La última vez, en Tandil, a la salida del show tuve miedo. Miedo a la muerte, aunque parezca exagerado. Miedo o sensación de sentirme un alfiler dentro de una marea que podía aplastarme. Aclaro que nunca antes en los otros recitales me había pasado de esa manera.

Fue, precisamente, cuando salimos del recital: la gente se amontonó al intentar pasar por una de las puertas que salía a una calle lateral. No sólo estábamos muy apretados sino que la sensación de que no te podías mover, de que el equilibrio no dependía de vos y de que si alguien se caía se iban todos encima, era asfixiante.

Pensé: decí que tengo 26 años, soy hombre, tengo buena salud, etc.

Zafé.

Al lado mío había chicos, padres, mujeres y personas que no sé cómo pasaron ese momento.

Por eso ahora, cuando se mencionaban las “avalanchas” sentí escalofríos.

Tanta gente

Hoy también recordé cuando me tocó entrevistar a uno de los guitarristas del Indio. Me cayó bien y pareció un tipo simple, que de pronto – y de hecho, por una audición- se había subido a un tren de dimensiones inimaginables. Me habló de lo que significaba a nivel sonido la puesta en escena a cielo abierto y para 300 mil personas: “Imposible que se escuche bien”.

Desde lo técnico del sonido hasta la señora de Olavarría que abrió su casa para vender choripanes y gaseosas hay una cadena de variantes que suceden más por el negocio que por buen gusto. Mi novia me pregunta: “¿por qué lo hacen para tanta gente? ¿Es más caro, sino? ¿Es más democrático?” Una respuesta segura: es más guita.

Mi novia me cuenta cómo fue el recital de los Rolling Stones en La Plata, y relata, en particular, una situación que vivió en la fila, afuera: cómo unas personas intentaban colarse y agitaban violentamente. “Parecían agentes del mal”, dice ella, lo cual me parece una definición genial, aunque probablemente la explicación sea más simple: no tenían entradas.

En el Indio ese tipo de violencia se había disipado simplemente dejando pasar a quienes no tenían entradas, o haciendo la vista gorda o abriendo directamente las puertas apenas empezado el recital.

Yo mismo las cinco veces que fui a ver al Indio Solari jamás pagué la entrada. No recuerdo cómo, desde la primera vez, supe que no hacía falta pagarla: era más joven, más rápido y también más inocente. Con el tiempo, me fui convirtiendo en un simple pelotudo que no pagaba la entrada por cuestiones económicas más que por audacia. Esta vez me ofrecieron viajar por 850 pesos, con asado y entrada trucha incluida, y dije no, aprovechando otras excusas del fin de semana para justificarme, como si se tratase de faltar a la escuela.

Fue la primera vez que pudimos cumplir con una frase que se había vuelto entre mis amigos ricoteros: “No vuelvo nunca más”, decían varios al salir del recital, para luego reincidir a la fecha siguiente.

Es que es así: no tenemos argumentos, ni siquiera acumulamos esas experiencias.

O quizá lo hagamos en el sentido literal del verbo: las ponemos unas arriba de otras, contamos cuántas son, a veces las recordamos, y muchas las tapamos.

La hipocresía, el capitalismo, el Estado, los medios, la crisis, Olavarría, el Indio, las entradas, el pogo, las avalanchas.

La precariedad hecha máquina.

Y también y al mismo tiempo, mis amigos, mi novia, nosotros, los muertos.

Siempre es temprano para reaccionar.

Si estás vivo.

Por eso escribo.

 

República Olavarría

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¿Qué nos pasó en Olavarría? ¿Qué representa el Indio Solari en el contexto del mercado musical contemporáneo? ¿Cuáles y quiénes son los responsables del descontrol? Estas y otras preguntas son formuladas por Pablo Marchetti en esta nota que intenta abrir un debate sobre lo que somos cuando hay fiesta colectiva y masiva.

(por Pablo Marchetti) “Lo que nos pasó es lo que somos.”

Estas palabras pertenecen a Diego Rozengardt y forman parte de una carta que escribió el 2 de enero de 2005. Un día antes, su hermano, Julián Rozengardt, moría a los 18 años, tras 30 horas de agonía, como consecuencia de la asfixia y el daño físico irreversible sufrido en la masacre en el local de rock República Cromañón.

La frase abre el libro Generación Cromañón, editado por lavaca. Y fue elegida por una razón muy simple: es la mejor manera de entender qué es lo que pasó la noche del 30 de diciembre de 2004. Pero además, la frase se volvió profética, porque es también la mejor forma de explicar y de entender qué fue lo que (nos) pasó el sábado 11 de marzo de 2017 a la noche en Olavarría. Por eso este comienzo.

Lo que nos pasó y lo que somos es este inagotable manantial de pelotudez que intenta descifrar misterios a partir de chicanas o de prejuicios. Nos pasa y somos un montón de respuestas a preguntas que no sabemos cuáles son porque nunca nos las hicimos. Tenemos respuestas y no preguntas. Tuiteamos con seguridad banana porque no nos permitimos dudar.

Nos pasó y somos los heridos.

Nos pasó y somos los muertos.

Pero también nos pasa y somos los heridos sin chequear, los muertos que no fueron, la avalancha que no resultó tan mortal como pensábamos, como puteamos sin saber, como tuiteamos sin tener un solo dato de nada.

Nos pasó y somos la veneración acrítica a un ídolo y nos pasó y somos quienes reclamamos más policía y más controles cuando no podemos soportar lo que nos pasa y lo que somos.

La avalancha

Hace tiempo que los recitales del Indio Solari son uno de los fenómenos sociales y culturales más complejos del país. Por un lado, quienes se espantan por el descontrol, no entienden el sentido de pertenencia que implica estar ahí, el disfrute colectivo. Por otro, quienes veneran al ídolo no logran tomar la distancia sobre el sufrimiento que le fuimos sumando al placer en los últimos años. Y es lógico que alguien, desde afuera, piense que eso no es placer, que es sólo sufrimiento.

Es imposible entender lo que nos pasó y lo que somos sin tener en cuenta el placer que genera estar allí. Del mismo modo que es imposible entender el uso de drogas si no se entiende que siempre, en el comienzo y en varias instancias del consumo, hay placer. Si demonizamos el consumo, llegaríamos al absurdo de pensar que todo es una cuestión de autoflagelo. Y si bien la cosa puede terminar allí, el placer siempre es el comienzo. Sin contar el hecho de que no es lo mismo consumo que adicción.

Nadie nos obliga a tomar drogas, nadie nos obliga a comprarlas.

Nadie nos obliga a ir a ver al Indio, nadie nos obliga a comprar una entrada.

Nadie nos obliga a hacer una avalancha.

Nadie nos obliga a hacer pogo, nadie nos obliga a cantar las canciones, a pintar un trapo, a dedicar unas 48 horas de nuestras vidas para un recital que apenas dura dos. Ese es el problema: no nos damos cuenta de que no es que perdemos 46 horas de vida en viajes, accesos, estadía y todo el dispositivo logístico. No, nos sumergimos en una experiencia de 48 horas.

Simplemente, eso es lo que nos pasa, eso es lo que somos; ese ritual, esa mística, esa sensación. Pero nos pasa también que dejamos que las avalanchas de tiempo impuesto, de obligaciones digitadas, de placeres ordenados, invadan nuestra vida. Y en ese contexto, también somos la dignidad ricotera posible frente a esa avalancha. Porque es imposible desconocer todo lo bueno que representa el Indio: alta poesía, música sofisticada (quizá el último ejemplo de sofisticación masiva en la música popular argentina), autogestión, trinchera.

El malentendido

La masividad del Indio no es la masividad berreta de los famosos de la tele. En el mainstream del espectáculo, el Indio Solari sigue siendo una estrella contracultural, quien llegó al firmamento sin que nadie se diera cuenta, como un secreto a voces, a muchas voces. No es la masividad lo que llama la atención en el Indio: es la fidelidad expresada en términos tan masivos.

Nos pasa y somos un malentendido, porque todo comienza con un gran malentendido. Porque el Indio Solari es un gran malentendido. Un músico de una poesía oscura y críptica, de lecturas y consumos sibaritas, el último exponente de aquello que se llamó cultura rock. Como él mismo se definió siempre: un producto de la clase media. Sin embargo, en la necesidad de creer, fue erigido como un working class hero anti cheto.

Paradojas de la vida, el Indio termina tocando con una banda cuya base (bajo y batería) fueron los mismos que acompañaron a Gustavo Cerati en Bocanada (Fernando Nalé y Martín Carrizo), el primer disco solista de Gustavo post Soda Stereo. Nos pasa y somos el infame grito que indica que uno se la come y el otro se la da, aunque la realidad es tan cambiante que seguramente, en esa relación a uno a veces le toca una cosa y otras veces le toca otra.

Nos pasó y somos personas que necesitamos encontrarnos con nuestros pares. Que disfrutamos de la identificación colectiva: pasa en las marchas políticas, pasa en las peregrinaciones a Luján, pasa en las canchas de fútbol. Necesitamos cantar, compartir, disfrutar. No nos bastan los grupos de Facebook, ni los de Whatsapp. Queremos más, necesitamos más: estar, sentir, compartir.

Nos pasa y somos quienes necesitamos reconocernos, pero al mismo tiempo estamos muy sacados. Perdimos la brújula del disfrute, nos volvimos violentos, nos cagamos en el otro. Vamos a ver un recital masivo y necesitamos protagonizarlo, cuando no nos animamos a subirnos a un escenario propio y minúsculo. Necesitamos encontrarnos pero estamos desesperados por que nos miren, por que nos reconozcan. Y entonces nos pasa que inventamos monstruos. Y entonces somos quienes no teníamos idea que éramos.

No hay Indio Solari si nosotros no permitimos que haya Indio Solari.

No hay medios si nosotros no permitimos que haya medios.

No hay avalanchas si no permitimos que haya avalanchas.

No hay heridos si no permitimos que haya heridos.

La policía ya está lo suficientemente descontrolada y violenta como para que tengamos que ahorrarles el trabajo. Es ridículo: como si las chicas detenidas después de la marcha del 8 de marzo, mientras comían pizza y tomaban cerveza, se hubieran entregado solas.

Nos pasa que no nos hacemos cargo. Y cuando todo se desborda, reclamamos cosas sin sentido y a contramano de aquello que pregonábamos. Si hasta somos capaces de pedir más efectivos policiales o controles estatales, como si realmente creyéramos que la Policía o el Estado están de nuestro lado. Nos pasa que no nos escuchan. Somos quienes no escuchamos.

El límite es muy delicado. Por un lado está la necesidad de asumir eso que somos. Por otro, evitar que el hacernos cargo no implique dejar de lado las responsabilidades reales de alguna gente. Es cierto, sin pogo no hay avalancha. Pero sin controles es lógico que haya desbordes. Si el Estado no es capaz de garantizar esto, no se entiende para qué existe.

Todas las responsabilidades, todas

Quizá sea bueno volver a Cromañón para entender el asunto. Es cierto, en aquel momento se pagaron coimas para obtener habilitaciones, hubo corrupción gubernamental y policial, negligencia (cuando no complicidad) de los organizadores, desde Chabán a Callejeros, condiciones de seguridad lamentables y un montón de irregularidades gravísimas más, que está bien que sean penadas.

Si se comprueba que el Indio vendió más entradas que la capacidad del lugar, y esto provocó la avalancha, si tiene responsabilidad en esas muertes, debería ir preso. Y así como Cromañón significó la destitución y el fin de la carrera política de Aníbal Ibarra, el recital de Olavarría debería provocar la destitución y el fin de la carrera política del intendente Ezequiel Galli. Por no hablar de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.

Todas estas responsabilidades deberían ser penadas severamente. Pero sin pogo ni empujones, no había avalancha. Del mismo modo que en Cromañón, sin gente prendiendo fuego bengalas en un lugar cerrado, no había humo ni asfixia.

Fin del periodismo

Lo del Indio en Olavarría tuvo un agravante: la reacción de los medios. Lo que hicieron los grandes medios de comunicación fue vergonzoso. Un bochorno que va más allá de cualquier “grieta” cosmética con que intentan disfrazarnos la realidad. TN, C5N, Infobae o Télam fueron  los casos más insólitos de desinformación. Pero la lista podría seguir, porque es larguísima, e incluiría a la mayoría de los diarios, portales y canales de noticias.

La mejor cobertura de la masacre la realizó un periodista desde su cuenta de twitter: Facundo Pedrini, de Crónica TV. En el momento en que twitter era una cloaca de opinólogos de todo tipo diciendo cualquier cosa, tratando de utilizar la masacre para cuidar su kiosquito, Facundo se dedicó a difundir datos de la gente, a mostrar fotos y nombres de gente cuyo paradero se desconocía, o de quienes iban saliendo del infierno.

Sí, lo de los medios fue un bochorno. Pero, ¿nos sorprende? ¿De verdad nos sorprende? ¿No eran demasiadas las señales de que estaba en lo cierto, otra vez, lavaca cuando habló de “el fin del periodismo y otras buenas noticias”? Le reclamamos a los medios algo que sabemos que los medios no son. Necesitamos ese punto de vista, aunque más no sea para indignarnos, para denostar este accionar.

Nos pasa y somos esos medios. O peor aún: nos pasan esos medios y somos quienes necesitamos definirnos a partir de esos medios. ¿Alguien nos obliga a verlos? ¿O forma parte del mismo ritual autodestructivo que nos lleva a transformar una fiesta en una masacre? ¿No es esa lógica venenosa la misma que nos llevó a resignarnos a que la celebración puede terminar en tragedia?

Tan condicionados estamos por estos discursos que hoy alguien podría decir, con razón: “Bueno, pero al final los muertos no fueron tantos como se pensaba y hasta ahora nadie tiene la certeza de que alguien haya muerto por una asfixia provocada por una avalancha”. Y algo de eso hay. ¿Cómo hacer entonces para encontrar el equilibrio entre no caer en la trampa de los medios que no informan o dicen cualquier cosa, y no dejar de ver el daño que nos hacemos en nombre de la fiesta, del placer, del ritual?

Los medios desinformando, la autodestrucción como parte del goce, el reviente como forma constitutiva del placer, el prejuicio que impide todo análisis, el miedo a quedarnos solos sin compañía y sin fe si abandonamos la misa: todo eso nos pasó. Todo eso es lo que somos. Y esto es lo que va a seguir pasándonos y lo que vamos a seguir siendo, si no nos hacemos cargo de lo que nos pasa, de lo que somos.

Fallo contra el trabajo: quitan la personería gremial de Metrodelegados

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La Cámara Nacional de Apelaciones dio lugar a un recurso presentado por la UTA y quitó la personería gremial al sindicato de trabajadores y trabajadoras del subte y premetro, que ahora apelará ante la Corte Suprema. Entre pedidos de huelga general, los representantes sindicales ubicaron el fallo en el actual contexto de apriete del Gobierno en las discusiones paritarias y por los derechos laborales. Dice el delegado Roberto Pianelli: “Es un fallo para enfrentar a los que no nos resignamos”.

En la sede de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP, mejor conocidos como Metrodelegados) no cabe una cámara más. El sindicato convocó para este lunes una conferencia de prensa luego que el viernes la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones le quitara la personería gremial tras un recurso presentado por la Unión Tranviario Automotor (UTA). El conflicto data de 2003 y su punto de partida es la escisión de una masa trabajadora de la UTA que quería expulsar a todo el cuerpo de delegados. En vez de echarlos, conformaron entonces un propio gremio, Metrodelegados y, con el paso de los años y las luchas lograron conquistar uno de los mejores salarios del movimiento obrero y la afiliación de más de 2 mil trabajadoras y trabajadores. La personería había sido aprobada en las últimas semanas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner mediante la resolución 1061/2015 pero un reciente fallo la pone en disputa. Según publicó la agencia oficial Télam, el fallo revoca la personaría a raíz de “irregularidades formales” detectadas en su gestión y explica que, una vez “subsanadas”, el Ministerio de Trabajo (hoy a cargo de Jorge Triaca) se podrá expedir.

“No es casual este fallo”, dijo el secretario general de Metrodelegados, Roberto Pianelli. “Este fallo ocurre en los meses donde trataron de tirar abajo la paritaria bancaria, en los meses donde los docentes están peleando para defender un aumento digno y en un momento donde hay miles de despidos en todo el país. Este fallo llega en el momento en el que los trabajadores argentinos se están plantando como lo hicieron en los tres días de movilizaciones extraordinarias, el 6, el 7 y el 8, donde fueron y dijeron: ´Señores, hay que ir a la huelga general porque esto no se banca más´. Por eso este es un fallo fundamentalmente político para enfrentar a los que no nos resignamos”.

Poné la fecha: un día que marca la historia de la CGT

Por su parte, el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, expresó su apoyo al gremio: “Es un fallo de época: sabemos que hay premios y castigos en el movimiento sindical, que hay un gobierno que quiere castigar a los que están de pie, propugnando la lucha y la resistencia, a los que dicen que hay que ponerse de pie contra el ajuste y a los que pedimos paro general”.

El gremio saltó bajo un canto: “Paro general”.

El camino a la Corte

El secretario legal del sindicato, César Palacio, explicó que el fallo de la Cámara cayó luego de que se estuviera discutiendo tanto en sede administrativa como judicial cuál de los dos gremios (Metrodelegados y UTA) era el más representativo dentro de la actividad. “Había que cotejar los padrones de uno y otro. Era un simple conteo para definir. Ese dato, central en el expediente, fue omitido por los jueces y así revocaron la resolución 1601 por el que se otorgó la personería”.

Guillermo Gianibelli otro de los abogados, completa esa información: “Lo que nos está diciendo esta sentencia es que en Argentina no va a haber posibilidad de discutir la personería gremial. ¿Por qué? Porque en uno de sus considerandos señala que basta que la entidad sindical preexistente, en este caso la UTA, no comparezca a la audiencia que ha sido fijada a los efectos de cotejar su representitivad para que el expediente no pueda seguir tramitando. Por lo tanto, si el único procedimiento es la ley 23.551 (de Asociaciones Sindicales) y establece que para que haya modificaciones en el mapa de personerías debe medirse la afiliación, con el sólo argumento de no presentarse bastaría entonces para que ningún trámite de disputa de personería salga adelante”.

Qué hay detrás: la legislación establece que sólo un sindicato por sector, el mayoritario, negocie paritarias.

Según anunció hoy en conferencia, Metrodelegados apelará la sentencia mediante un recurso extraordinario ante la Corte Suprema. “Cumplimos con todos los pasos administrativos -que duraron tres años- y el sindicato obtuvo el reconocimiento en una resolución que demostraba que era el gremio con mayor afiliación de trabajadores en el subte”, dijo Gianibelli, que subrayó un detalle importante: todos los derechos del sindicato en cuanto la representación colectiva de los trabajadores (negociación de paritarias, tutela sindical, derecho a paro) permanecen intactos. “Esto es por la propia jurisprudencia de la Corte Suprema, que ha señalado a partir del caso ATE en 2008 que estos derechos no son exclusivos del sindicato con personería gremial. El gremio continuará ejerciendo estos derechos”.

Cómo se construye la legitimidad

Pianelli puntualizó en entender la sentencia como un fallo político ubicado en una coyuntura particular. “Era una noticia que no esperábamos pero sí preveíamos: en esta coyuntura podía pasar. Ante todo, queremos dejar algo en claro: nosotros no somos los legítimos representantes de los trabajadores del subte desde hace un año, sino que lo somos desde hace más de 10 años, porque antes de armar este sindicato éramos los delegados que el gremio echó. Fundamentalmente porque no nos vendíamos, porque no aceptábamos firmar convenios a la baja, porque no aceptábamos que nos flexibilicen, porque queríamos recuperar las conquistas arrebatadas durante los ´90. Por eso no es como muchos dicen que nos dieron la representación a las corridas: la representación la tenemos hace más de 10 años, fuera y dentro del subte, y de eso no duda nadie”.

El secretario general habló de la historia del gremio. “En 2009, cuando nos iban a echar de la UTA, decidimos hacer esta organización porque no íbamos a dejar sin representación sindical a los trabajadores del subte. Hicimos lo que teníamos que hacer: armamos otro sindicato; no por voluntad, sino porque no nos dejaron otra alternativa. Y en 2013 hicimos un plebiscito donde más del 90 por ciento de los compañeros tomó esta decisión a pesar de la patota de la UTA, que pegó a dirigentes sindicales y usuarios. No era fácil, pero lo hicimos”.

Néstor Segovia, secretario adjunto: “Nosotros lo peleamos con nuestros hijos. Dimos nuestras vidas. Es mentira que nos regalaron algo: nos lo dieron porque teníamos razón. La peleamos. Y quiero decirle algo al Gobierno nacional: muertos nos van a sacar del sindicato porque lo vamos a pelear como el primer día. El gobierno nos quiere meter en una caja”.

Salir de la caja

El conflicto ubicó en una misma órbita burocracia sindical, empresas y Gobierno. Pianelli dice a lavaca: “Desgraciadamente el movimiento sindical argentino ha generado estas construcciones aberrantes. El transporte de colectivos vive del subsidio del Estado y ahí se entiende la dependencia que tiene la UTA con las patronales y con el Estado. En muy pocas partes del mundo el transporte es privado ya que da pérdida. Acá lo es y encima el Estado subsidia brutalmente para garantizar las ganancias de esas empresas. Lo que hace la UTA, como gremio pro patronal, es defender los intereses de los patrones. Su convivencia con el Estado es esa: si aumenta la tarifa el patrón tiene más plata y, de esa manera, coimea mejor porque los salarios de los colectiveros son la mitad de lo que cobramos nosotros. Es una aberración, además de las condiciones en las que trabajan”.

Agrega Segovia, sobre el triunvirato burocracia, empresas y Gobierno: “Históricamente fue así y los gremios vienen como puente de contención a la lucha. En este caso fue muy evidente. Roberto Fernández (titular de la UTA) estaba hace 10 días en contra de la marcha, pidiendo que no haya paro general”. La interpretación de Segovia: “Favor se devuelve con favor. Es una política de gobierno: tenemos un poder adquisitivo que venimos peleando hace mucho. Eso molesta”.

Si bien los Metrodelegados no anunciaron medidas de fuerza y puntualizaron en el 30 por ciento de aumento que pedirán en la discusión paritaria, no descartaron un paro si la negociación se traba. Así lo dejó en claro el canto que contagió en segundos a todo el sindicato: “Che Mauricio, che Mauricio/no te lo decimos más/con papeles o sin papeles/te paramos la Ciudad”.

Pianelli: “No vamos a cambiar lo que hicimos hasta ahora: vamos a ir a la paritaria a defender los intereses económicos de nuestros compañeros y, también, vamos a ir a la huelga general en conjunto con todos los sindicatos, porque eso es lo que piden los compañeros”.

Tiempos de cambios

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En este artículo para el diario mexicano La Jornada, Raúl Zibechi analiza la experiencia de la UTD de Mosconi, Salta, como ejemplo de resistencia y creación en tiempos de crisis. Poscapitalismo, transición y nuevos mundos que ya se están abriendo.
Estamos transitando hacia un mundo nuevo, poscapitalista. En la medida que es un proceso que estamos viviendo, no tenemos la suficiente distancia para saber en qué periodo estamos, pero todo indica que atravesamos las fases iniciales de dicha transición. Aunque tiene hondas similitudes con las anteriores (transiciones de la antigüedad al feudalismo y de éste al capitalismo), un hecho notable es la incapacidad para comprender lo que sucede ante nuestros ojos: un verdadero proceso de construcción colectiva de mundos nuevos.

En el pensamiento emancipatorio y en particular en el marxismo, se ha convertido en sentido común la idea de que toda transición comienza con la toma del poder a escala del Estado-nación. Este aserto debería haber sido repensado luego de los fracasos soviético y chino, pero sobre todo desde la demolición de los estados por el neoliberalismo, o sea el capital financiero y la cuarta guerra mundial en curso. Es cierto, empero, que para transitar hacia un mundo no capitalista debe tomarse el poder, pero ¿por qué a escala estatal? ¿Por qué a nivel institucional?

Este es uno de los meollos de la problemática y una enorme dificultad conceptual para poder visualizar las transiciones realmente existentes. La segunda dificultad, atada a la anterior, es que las transiciones no son homogéneas, no involucran a todo el cuerpo social de manera pareja. La historia nos enseña que suelen comenzar en las periferias del sistema-mundo y de cada nación, en remotas áreas rurales y en pequeños pueblos, en los eslabones débiles del sistema, donde cobran fuerza y se expanden luego hacia los centros del poder.

Por otro lado, las transiciones no sólo no son uniformes desde el punto de vista geográfico, sino también social, ya que son procesos guiados por la necesidad humana y no por ideologías. Suelen ser los pueblos que habitan el sótano, indios, negros y mestizos, los que primero construyen mundos otros; los sectores populares, las mujeres y los jóvenes suelen ser los protagonistas principales.

Quiero poner un ejemplo de algo que está sucediendo ahora mismo, que ya tiene un grado de desarrollo importante y que difícilmente puede ser revertido, salvo genocidio. Me refiero a la experiencia de la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD) en General Mosconi, norte de Argentina. La ciudad tiene 22 mil habitantes que trabajaron en la petrolera estatal YPF hasta su privatización en la década de 1990, que dejó un tendal de desocupados. En esos años despegó un fuerte movimiento de desocupados, conocidos como piqueteros, que arrancó planes sociales a los sucesivos gobiernos.

Durante el ciclo de luchas piquetero, la UTD fue uno de los principales referentes en el conjunto del país y sus memorables cortes de ruta eran seguidos con entusiasmo por los demás movimientos. La UTD gozaba de fuerte prestigio y sus dirigentes, que sobrellevan cientos de causas ante la justicia por cortes de rutas y otros delitos, eran de los más populares en la Argentina.

Las cosas cambiaron muy pronto. La llegada al gobierno de Néstor Kirchner en 2003, y la retracción de los movimientos, sacaron a la UTD del escenario mediático y de la atención de los militantes sociales. Las noticias sobre lo que sucede en el lejano norte argentino son tan escasas como nebulosas.

Sin embargo, la UTD aprovechó los planes sociales (cortados por Macri) para construir un mundo nuevo. En estos momentos funcionan 110 huertas agroecológicas de dos hectáreas cada una, donde trabajan unas 30 personas en promedio, que producen gran variedad de vegetales, además de un gallinero y cerdos en cada huerta. Cuentan con un taller de carpintería que se nutre de la abundante madera de la zona, talleres de soldadura, de clasificación de semillas y de reciclado de plásticos, en los cinco galpones con que cuenta el movimiento, como se puede leer en el reportaje de Claudia Acuña en la revista MU (julio de 2016).

Todo y nada

Construyeron viveros que reproducen la flora nativa con la que abastecen desde las plazas hasta los montes, amenazados por la expansión vertiginosa de la soya transgénica y los talamontes. Parte de su trabajo la dedican a sostener los espacios públicos de la ciudad y los bosques de los alrededores, una región donde crece el narcotráfico amparado en la complicidad estatal-policial.

Un cálculo sencillo permite constatar que de 4 a 5 mil personas hacen sus vidas en relación con el trabajo colectivo que organiza la UTD, lo que equivale a 40 por ciento de la población activa de Mosconi. Esas familias forjaron autonomía alimenticia, ya no dependen de los planes sociales, están encarando desde la producción de alimentos hasta la construcción de viviendas, o sea están reproduciendo la vida por fuera de los marcos del sistema, sin relacionarse con el capital ni depender del Estado. En suma, trabajan con dignidad.

Se dirá que es una experiencia apenas local. Pero las huertas y los modos de hacer de la UTD ya se expanden a la vecina Tartagal, con el triple de población. Muchos miles de emprendimientos de este tipo existen en América Latina, porque los sectores populares comprendieron que el sistema no los necesita ni los ampara, como sucedió durante los breves años de los estados del bienestar. Hay una estrategia implícita en este conjunto de mundos nuevos que no pasa por los estados-nación, sino por fortalecer y expandir cada iniciativa, en afilar los rasgos antisistémicos y antipatriarcales, y en fortalecer las resistencias.

Un rasgo de madurez de buena parte de estos mundos nuevos consiste en mantener distancias de las instituciones partidarias y estatales, aunque siempre que pueden les exigen apoyo y arrebañan recursos con un ojo puesto en garantizar la sobrevivencia y el otro en mantener la independencia.

En la larga transición en curso, imposible saber si serán décadas o siglos, los mundos nuevos están enfrentando una de las más potentes ofensivas del sistema. Lo que han conseguido hasta ahora nos permite alentar un sereno optimismo.

Piratear la filosofía: cuatro ensayos para el abordaje

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Abstracta, alejada de la vida, para especialistas, la filosofía se siente lejana. ¿Podemos piratearla?, pregunta y responde Amador Fernández Savater. Es decir, ¿podemos reapropiarnos de la capacidad de plantear problemas e inventar respuestas? Pensar en movimiento, activar la imaginación sensible y estar entre amigos, entre otras propuestas para “pensar para no ser pensados”.

“Pensar es aprender de nuevo a ver y a dirigir la atención” (Albert Camus)

Se siente lejana la filosofía. Como algo que incumbe a otros: los “especialistas” que la escriben y la disfrutan. Que se hace en lugares separados de la vida cotidiana: facultades, academia. Que se enseña con largas peroratas y se aprende memorizando muchas citas. ¿Podemos piratear la filosofía? Mancharla de las preguntas que nos pone la vida día a día. Llevarla a otros lugares, habitados. Reapropiarnos de la capacidad de plantear problemas e inventar respuestas.

Filosofía contra Historia de la Filosofía

En el colegio aprendí muy poca filosofía (y tampoco mucha más en la Universidad). En todo caso, algo de Historia de la Filosofía. Pero no es lo mismo. ¿Qué quiero decir? Pues que allí no se enseñaban los “procesos de pensamiento” propios de tal o cual autor (es decir, su manera singular de plantear un problema e inventar respuestas), sino más bien los “resultados” o las “conclusiones” a las que había podido llegar. La filosofía se convertía de ese modo en un especie de archivo o de armario en el que se distribuían por cajones las distintas ideas filosóficas. Tal antiguo pensador griego afirmaba que “todo era agua”, otro que “todo era fuego”, Platón dividía la realidad en un mundo sensible y un mundo ideal, etc. Se nos mostraba algo inmóvil e inmovilizado. Y así ni siquiera nos quedaban ganas de husmear en los cajones.

Menos mal que siempre hay un “profe distinto”. Una voz capaz de desviar de los caminos trillados a quien la escucha activamente y cambiarle la vida. En el colegio por ejemplo me acuerdo de Luis, que impartía de otro modo las clases y nos hacía sentir capaces e inteligentes a los alumnos (sobre todo a los que sacábamos peores notas y dedicábamos toda nuestra energía a diseñar la siguiente trastada). Recuerdo que el último día de curso, Luis dedicó la clase entera a recomendarnos a cada uno de nosotros un libro distinto (de filosofía o de literatura), aconsejado con delicadeza y mucha gracia (ironía incluso en algún caso). Me impactó advertir que Luis pensaba en cada uno de nosotros, como alguien especial y singular, no como parte de una masa distraída a disciplinar y aleccionar. Por supuesto, ese verano leí aquel libro con avidez, tratando de descifrar en qué sentido podía contener un “mensaje” para mí.

En la Universidad me acuerdo sobre todo de Carlos, que conseguía hacer pasar en sus clases intensidades insospechadas para un aula de filosofía. Lo que hacía Carlos en el fondo era muy sencillo (y a la vez un auténtico reto): mostrar el camino de pensamiento de tal o cual filósofo (Platón, Marx, Freud). Es decir, Carlos no “explicaba” a los autores (clasificando las ideas filosóficas por cajones), sino que desplegaba sus mismos procesos de pensamiento. Reproducía (ante nosotros, con nosotros) su razonamiento: cómo dedujo Platón la idea de Idea, cómo llegó Marx a pensar la plusvalía, etc. Acompañado de ese modo, uno recorría el mismo sendero de pensamiento abierto o creado por cada autor (no hay camino, se hace camino al pensar). Mostrar el proceso, y no sólo los resultados, tenía una eficacia pedagógica insuperable: aquellos contenidos se me grabaron en la cabeza (porque de alguna forma era yo quien había recorrido el camino), mientras que he olvidado felizmente la mayoría de los demás, toda aquella lista de autores e ideas que se trataba de memorizar para vomitar en el examen final.

Pensar para no ser pensados

Sin embargo, a mí no me interesaba realmente aprender filosofía como tal (ni siquiera cursé esa carrera, simplemente me matriculaba en algunas clases de libre configuración). Lo que me movía más bien era entender algunas cosas relacionadas con mi vida y dar mayor consistencia a inquietudes políticas incipientes. Por tanto, para bien y para mal, mi aprendizaje era muy autodidacta: algo que pasaba reclamaba tal lectura, un libro llevaba a otro y así todo. Nunca en soledad, siempre en compañía de amigos y compañeros de colectivos políticos universitarios, pasándonos libros y referencias, compartiendo nuestros descubrimientos, volviéndonos nosotros también “autores” en artesanales fanzines.

A lo largo de los años, siempre enredado con otros, he seguido insistiendo más o menos en la misma relación con el pensamiento: precaria y desordenada, movilizada desde preguntas o pasiones vitales, sin aspiración a “saber”, sino más bien a construir una mirada propia, como parte de una pelea por la autonomía. Hay que pensar si no queremos ser pensados por otros, si no queremos limitarnos a vivir según las categorías establecidas.

Una definición clásica de la filosofía (que podemos encontrar en los diálogos platónicos) dice así: es el diálogo de uno consigo mismo. Lo podemos traducir y entender del modo siguiente: pensar es el esfuerzo por recuperar y mantener una relación de intimidad con nosotros mismos. Es decir, por plantear nuestros propios problemas e inventar nuestras propias respuestas (que no “soluciones”). No delegar el relato sobre lo que somos. Pero parece preciso añadir algo a la definición clásica: no se trata de una conversación solitaria, algún tipo de monólogo o soliloquio, sino que se desarrolla con otros, en compañía de otros, a través de otros, tomando (“robando”) las palabras de otros para construir las nuestras.

Llegamos así a la “filosofía pirata”, que es el nombre que le vamos a dar aquí a esta otra relación con el pensamiento de que venimos hablando. Aunque sería mejor hablar de “piratear la filosofía”, porque se trata de una acción, de una práctica y no de una doctrina (ni siquiera pirata). Le decimos “pirata” porque agarramos la filosofía desde algo no filosófico. La abordamos más bien, es un abordaje. Ese “algo” puede ser una pregunta, un problema, un choque con la realidad, una pasión… Es algo que nos afecta vitalmente en todo caso y nos empuja a pensar.

Cuatro calas para el abordaje

Planteo ahora cuatro calas (ensayos, tanteos) para pensar este abordaje pirata de la filosofía:

— La filosofía digamos oficial (no pirata) se piensa a sí misma persiguiendo lo verdadero, contra las ilusiones que nos engañan y dominan (opiniones, dogmas, mitos, supersticiones, ideologías, etc.). La verdad no tiene que ver contigo o conmigo, es un “discurso de nadie” nos explicaba precisamente Carlos en sus clases. “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero”, decía en ese mismo sentido el Mairena de Machado (“conforme” responde Agamenón y “no me convence” dice el porquero).

La filosofía pirata relaja esta preocupación por la Verdad y lo Verdadero (y relaja también la crítica de esa pretensión, que es lo mismo pero al revés). Se trata más bien de pensar (desde) ese “algo” que nos pone en movimiento: situación, problema, pregunta. Construir una mirada sobre el mundo a partir de ahí. Poner algo en perspectiva. Organizar un punto de vista situado en un lugar concreto, pero que puede alcanzar muy lejos.

— Pensar, según la filosofía pirata, tiene que ver con activar la imaginación sensible (considerada desde la filosofía oficial como la fuente misma del error y de la ilusión). Piratear la filosofía es relacionarnos con los afectos disimulados en los textos, despertar sus deseos dormidos. Es interferir el discurso (cualquier pedazo de discurso) con nuestras experiencias: colocar junto a las palabras que leemos o escuchamos nuestras propias vivencias. Nada de “buena distancia” pues. Entender no exige nuestra “inmovilización” (transmisión sin emoción, recepción desafectada, imparcialidad), sino justo lo contrario: el paso de energía afectiva de un texto a un cuerpo que lee, de un cuerpo que lee a un texto.

Un “buen profesor” de filosofía pirata (que puede ser simplemente un amigo o una amiga) sería quien favorece “buenos encuentros” entre algo que nos pasa y nos pone en búsqueda, y un pedazo de discurso que nos puede ayudar. Encuentros amorosos, singulares, respetando los tiempos y los ritmos de los cuerpos que se atraen (cuerpo de letra, cuerpo físico), no acercamientos banales, mecánicos o instrumentales. El filósofo pirata es más una “celestina” que la “partera” que dice Sócrates.

— Piratear no significa repetir el viaje del otro, sino emprender nuestro viaje a partir del viaje del otro: abrir una bifurcación o hacer una deriva. En la filosofía oficial, entender significa repetir sin transformar (y es lo que se valora con la máxima nota en un examen). Un “buen alumno” tiene pues algo de robótico: repite lo mismo, reproduce en serie, replica sin alterar. El texto teórico se plantea así como un modelo a ser imitado. Piratear la filosofía es, por el contrario, abrir posibilidades inéditas a lo que leemos o escuchamos. Hacer una variación propia a los autores que trabajamos. No hacer lo ya hecho, sino re-hacer.

El investigador no es un autómata que imita, sino un viajero que va abriendo su propio recorrido, agrega o plantea otros axiomas, experimenta nuevas conexiones y combinaciones (este pedazo de filosofía y este pedazo de cine y este pedazo de conversación y…). La filosofía pirata tiene forma de patchwork (muy distinto al copy-paste carnicero): teje con cuidado distintos jirones, añade nuevos pedazos de realidad a la realidad.

— Por último, la filosofía pirata se hace entre amigos. ¿Quiénes son aquí los amigos? Son los afectados por lo mismo (pregunta, problema o pasión), aunque no sean afectados de la misma manera. La amistad pirata es el vínculo de afecto entre quienes se necesitan unos a otros para pensar juntos lo que les pasa (y no pudrirse en soledad o “ser pensados” por los poderes que pretenden clasificar y dirigir las conductas humanas, los diferentes modos de conducirse). “Entre amigos” no equivale a “colectivamente”: es más el vínculo tenso y vivo entre lo personal/singular (la afectación de cada quien) y lo común/compartido (aquello que permite encontrar siempre nuevos amigos).

Comunidades de afectados por tal o cual problema, amigos que necesitan pensar (desde) una diferencia sexual, mental o corporal, etc. Cualquiera de estos grupos de amigos es un barco pirata a la deriva, a la búsqueda de galeones españoles que asaltar para liberar el tesoro del pensamiento y ponerlo al servicio de la vida.

La copia infinita

Cuando uno se hace pirata de la filosofía descubre casi inmediatamente que hay y ha habido otros muchos “hermanos de la costa”, que la filosofía está llena de ellos, que algunos nombres de los que pasan por autores oficiales fueron piratas en su día (y pueden ser de nuevo perfectamente pirateados). Y se pregunta: ¿no serán precisamente esos piratas los “salvadores” de la filosofía, es decir, quienes la mantienen viva?

Busquemos ahora la analogía con los piratas contemporáneos. ¿Qué es lo que estos hacen? Multiplicar las cosas, como en el milagro de los panes y los peces. Multiplican los programas informáticos, los CD’s y los polos Lacoste. Ya Platón advertía por esto mismo contra los sofistas: “Cuidado, eso no es filosofía. Lo parece pero no lo es”. El peligro de los piratas es la calidad de los simulacros que producen (las artes retóricas de los sofistas, en este caso). Me imagino a los dueños de Lacoste hablando un poco en los mismos términos: “Cuidado, ese polo que se vende por la calle no es Lacoste. Lo parece pero no lo es”. Es un simulacro, muy parecido (incluso puede ser que lo hayan hecho las mismas manos y en el mismo taller), pero falso. No está bien firmado, no se vende donde debiera, etc.

En el “pirateo” hay un efecto de circulación, multiplicación, democratización, accesibilidad, devaluación de los códigos propietarios y el copyright (el nombre-marca del autor, el valor único del original). Y esta copia infinita –que no es copia, sino variación– es en realidad la “salvación” de la filosofía. Porque pone un lujo –la posibilidad de pensar lo que nos pasa en lugar de vivir simplemente según el pensamiento de otros– al alcance de cualquiera.

* Este artículo parte de las notas leídas en el encuentro organizado por la asociación “Escuela y Autogestión” y realizado en la librería Muga de Vallecas el lunes 20 de febrero de 2017. Se nutre del diálogo posterior con tantos amigos y amigas filibusteras que estuvieron allí: Paco, Marinete, Marta, Irene, Acacio, Soledad, Juan, Frauke, Jun, Jaime…

** El autor más pirateado para este texto es Jean-François Lyotard, en especial la última parte (“Economía de este escrito”) de su libro Economía libidinal.

*** Durante tres años, entre varios amigos (Marga, Raquel, Eva, Óscar y yo), hicimos Una Línea sobre el Mar, un programa dedicado a este tipo de filosofía profana y amateur que llamábamos entonces “filosofía de garaje”

 

Cerrar la cultura

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Este sábado 18 de marzo artistas y trabajadores convocan a pensar juntos la situación de la cultura en la Ciudad de Buenos Aires en la puerta del Teatro Alvear,  al que definen como “teatro abandonado”: la última función que se realizó allí fue el 24 de mayo de 2014. Aún sigue con las puertas cerradas y sin que se realicen las obras edilicias correspondientes. Tan sólo un caso de la grave situación del Complejo Teatral Buenos Aires y de cómo afecta esta política del vacío a espectadores y artistas. Compartimos la nota de la MU n° 109 que resume el actual panorama.

Las fachadas de los teatros del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA) que están en pleno centro de la avenida Corrientes están cubiertas de andamios. Ya forman parte del paisaje porteño: pasamos por al lado sin notarlos. “Hacer vivir y dejar morir”, dijo el filósofo Michael Foucault alguna vez para describir las nuevas formas de poder. Contra esos andamios rebota la misma pregunta: ¿Se puede dejar morir así a los teatros? Hasta ahora, se puede.

El CTBA incluye la dirección de teatros públicos históricos y más importantes de la Ciudad de Buenos Aires: el emblemático General San Martín, de la Ribera, Presidente Alvear, Regio y Sarmiento. La situación de todos es crítica, pero no es nueva. Si bien estos teatros públicos existen desde hace ya varias décadas, el CTBA fue fundado como tal en el 2001. Desde entonces, su gestión deja más preguntas que respuestas. Artistas y directores de la escena independiente porteña denuncian desde hace tiempo la falta de una política pública a la altura de esos legendarios espacios. En 2015 los integrantes del Teatro Independiente Monotributista (TIM) y Foro de Danza en Acción (FDA) realizaron la performance titulada Informe San Martin que dejó datos y preguntas. Una es clave: ¿cómo se gasta el presupuesto del CTBA? Pregunta que sigue sin respuesta.

La obra de nunca acabar

La refacción total del Complejo es un proyecto que el Ministerio de Cultura y Desarrollo Urbano anunció en 2014. El presupuesto era de 202 millones de pesos y las obras, prometieron, durarían hasta mayo de 2015. Sin embargo, ya llevan el doble de tiempo y casi lo mismo de presupuesto.

El panorama hoy es el siguiente:

  • Teatro General San Martín: Está en obra desde el 2014. Al principio, con funciones al mismo tiempo. Ahora está cerrado desde diciembre de 2015. Tenía fecha de apertura para marzo de 2017 y se volvió a reprogramar, por ahora, para 25 de mayo. Sin embargo, los tres espectáculos que se iban a estrenar todavía no tienen fecha concreta para hacerlo. Además, ya confirmaron que esa reapertura no incluiría la sala de cine Leopoldo Lugones.
  • Teatro Alvear: La última función que se realizó fue el 24 de mayo de 2014. En mayo va a cumplir tres años cerrado. No hay ni anuncios sobre cuándo comenzarán a repararlo.
  • Teatro de la Ribera: Estuvo cerrado durante todo el 2015. No se notaron grandes cambios en su reapertura. Hoy está abierto, pero el taller de escenografía sigue en obra.

Algunos trabajadores del Complejo fueron repartidos entre los teatros que quedan abiertos (Regio, Ribera y Sarmiento) en condiciones de trabajo que describen como lamentables. Los reubicaron en secciones chicas para la cantidad de personal y la mayoría siguen contratados sin pasar a planta permanente. Un trabajador dice: “Desde adentro del teatro se vive la misma incertidumbre. Los estrenos se postergan y las obras tienen menor presupuesto. La realidad es que tenemos información de pasillo porque ningún directivo nos da explicaciones sobre cuándo van a terminar las reformas”. Los datos del Archivo Histórico de Artes Escénicas reflejan lo desaprovechados que están estos espacios culturales públicos:

  • Teatro San Martin: Cantidad máxima anual de producciones: 37 en el 2013. En el 2015 bajó a 21. En el 2016 y 2017: 0. Capacidad entre las salas (sin contar la Sala Leopoldo Lugones ni el archivo): 5.815 espectadores.
  • Alvear: Cantidad máxima anual de producciones: 14 en el 2007. Luego osciló hasta el 2014 entre 5 y 1. En 2015, 2016 y 2017: 0. Capacidad: 861 espectadores.
  • Sarmiento: Cantidad máxima anual de producciones: 11 en el 2008. En 2015, 2016 y 2017 (con otros de los teatros cerrados) tuvo 3, 8 y 5 obras anuales. Capacidad: 250 espectadores.
  • Ribera: Cantidad máxima anual de producciones: 10 en 2016 (justo después de haber estado cerrado). Sin embargo, tuvo 1 en 2014, 0 en 2015 y tiene 1 en cartel en 2017. Capacidad: 643 espectadores.
  • Regio: Cantidad máxima anual de producciones: 9 en 2016 (coincide con el cierre de los otros teatros del complejo). Desde el 2001 que tiene en cartel entre 2 y 4 producciones anuales. Capacidad: 661 espectadores.

Pocos hacen una cuenta: si se multiplican los espectadores por la cantidad máxima de obras de cada teatro y esto se multiplica por la capacidad total de cada sala, se tiene una idea aproximada de la enorme cifra de público que se queda sin acceso a la cultura por cierre de teatros estatales o falta de programación de obras. Esta década de decadencia afectaría a más de dos millones y medio de personas que se han visto privadas de acceso a los bienes culturales públicos. Un derecho que ha sido en los hechos clausurado.

La movida que se viene

Desde que asumió Jorge Telerman como director del CTBA, en 2015, la situación empeoró. Un trabajador del Complejo dice al respecto: “Si bien con la gestión de Telerman se incorporaron directores artísticos por sala, la situación de falta de programación es cada vez más baja. No contamos con un cronograma anual de obras a estrenar”. Una advertencia que vuelve más grave la situación es que estas cifras no distinguen las obras de teatro y danza del resto de las puestas. Es decir, esos números incluyen todo: títeres, infantiles, poesía, etc. En el 2016, de las 27 producciones en realidad solo 15 obras fueron de teatro y danza, en todo el año y en todo el complejo. Y si es danza contemporánea, la cifra disminuye todavía más. Es casi nula. Así está dejando morir al teatro público. Por eso actores y directores de dos agrupaciones de la escena independiente preparan la acción de este sábado 18, para encontrar juntos la forma de hacerlos vivir.

Sábado 18. 18 horas.

Teatro Alvear. Corrientes 1639.

#AbranLosTeatros: denuncian el vaciamiento de los teatros porteños

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Artistas y trabajadores de la cultura denunciaron, en plena avenida Corrientes y en medio de La noche de las librerías, la política de vaciamiento de los teatros estatales porteños. Con una asamblea en la puerta del Alvear, planearon nuevas acciones y colgaron un cartel en la puerta del teatro que informa: “1027 días cerrados. Acá no hay obra”. Cómo se gestó la acción y los datos que dan contexto al reclamo: #AbranLosTeatros.

Si hoy tuviese que definir qué movimientos no descansan ni aflojan a la hora de reclamar una política para una sociedad más justa, diría: las mujeres, los docentes y los artistas. Ayer esta resistencia cultural que no se agota se hizo visible en plena Avenida Corrientes durante la Noche de las Librerías frente a la puerta del Teatro Alvear.

Un cartel blanco de letras negras  tapó la fachada del teatro con un mensaje claro y conciso: ¨1027 días cerrado. Acá no hay obra”.

Fotos: Ramiro Domínguez Rubio para lavaca.org

Las organizaciones culturales y los transeúntes  que se sumaron fueron muchos pero el grito cantado y acompañado por aplausos fue uno solo: “Señor, señora, no sea indiferente, se cierran los teatros en la cara de la gente”.

En ese grito se reflejó la exigencia más urgente: abran los teatros.

Tras ese grito también está la denuncia al discurso gubernamental: los teatros no sólo están cerrados por obras edilicias. Están abandonados.

Antecedentes

“La puerta de este Teatro es un símbolo”, repiten los artistas mientras se manchan la ropa de engrudo para pegar el gran cartel.

La invitación al encuentro la realizaron Escena Política y Asamblea de Trabajadores de la Cultura (ATC). Dos de los muchos colectivos de artistas que el año pasado ya dieron cuenta de su capacidad de acción política.

Escena política es un grupo de artistas vinculados a las artes escénicas de la Ciudad de Buenos Aires, articulados a través de dos espacios de activismo cultural, FDA (foro danza en acción) y TIM (teatro independiente monotributista).  Se nuclearon a comienzos del 2015 para realizar una serie de acciones que intentaban visibilizar zonas oscuras de la política y de la producción cultural. Durante todo ese año sus intervenciones apuntaron a un cuestionamiento de la política cultural de la Ciudad de Buenos Aires, sobre todo del Complejo Teatral de Buenos Aires, que incluye siete de los teatros públicos más importantes del país. En 2016, organizaron un Congreso Transversal, que articulara lo que no entraba  en la cuenta de la política tradicional, la academia y las instituciones del arte. Generaron un espacio de pensamiento y acción que les posibilitaba  armar su propia “agenda”, sin correr detrás de los problemas de la coyuntura, generando así modos propios de resistencia inventiva desde su cotidianeidad amenazada.

La Asamblea de Trabajadores de la Cultura, por su parte, comenzó como una organización de artistas que se autoconvocaron el  25 de enero de 2016 después que Darío Lopérfido, ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y director artístico del Teatro Colón, sostuviera en una entrevista que en Argentina no hubo 30.000 desaparecidos. Desde entonces realizaron en conjunto un gran número de acciones y escraches durante todo el año, acompañados por otras organizaciones, hasta que el ex ministro renunció. Algunas de las acciones realizadas:  una volanteada con el pedido de renuncia en la apertura de la programación del Teatro Colón. Otra acción que llevaron a cabo: al comenzar  cada función pedían a los espectadores que graben lo que iba a suceder: entonces, pasaban el audio de las declaraciones del ministro y la exigencia de su renuncia. Esa misma acción, a su vez, fue replicada por directores de cine en el BAFICI. También hicieron oír las palabras de Lopérfido con un megáfono en la inauguración de ArteBA 2016. Todas las acciones terminaban con un grito fuerte y claro que refleja su repudio y reclamo colectivo: Renunciá Ya.

Estamos hablando de bailarines, actores y directores que tienen todos más de 20 años en los escenarios. Son artistas que llenan salas independientes porteñas con un arte conmovedor pero además de reconocimiento nacional e internacional. Todos poseen premios, becas y presencia en festivales, congresos, giras o películas en Suecia, Francia, Chile y Brasil, entre otros.

Sin embargo, ahí están llenándose de engrudo por un espacio que afirman que es de todos.

Frente al gran cartel, se da lugar a otro símbolo: la asamblea. Una asamblea que no es partidaria pero sí política. Lo artistas y trabajadores culturales forman una gran ronda para escucharse, hablar y llegar a unirse y hacer acciones juntos.

Entre otras cosas, se llegó al acuerdo de marchar todos juntos el 24 de marzo desde Lavalle y Carlos Pellegrini. No es la primera vez: la última marcha la columna artística fue masiva y terminó en un pogo en las escaleras del Teatro Colón que pedía la renuncia del Ex Ministro Darío Lopérfido. Esta vez, algo queda claro: las organizaciones de artistas no quieren los teatros cerrados ni abandonados nunca más.

Las voces de adentro

Juan Onofri del colectivo Escena Política cuenta que les habían dicho en el Teatro Alvear había 200 obreros trabajando. Ellos mismos salieron a averiguarlo: le preguntaron a todos los vendedores ambulantes de la zona y nadie había visto entrar ni personas ni máquinas. Era mentira.

Alejandra Darin, en representación de Asociación de Actores, contó en la ronda que Telerman dijo que el Alvear no se iba a abrir y sumó: ¨Hablar de unión es  fácil, ponerla en práctica es dificil. Pero esta época nos pone objetivos y  nos reclama abandonar egos¨.

Alejandra Darín, de la Sociedad Argentina de Actores. Foto: Ramiro Domínguez Rubio

¨La manera de trabajar es como la de NiUnaMenos: nos tocan a una, nos tocan a todas¨, agrega el artista Juan Pablo Gómez

Voces desde afuera

María Rosa tiene 70 años y se puso a aplaudir a la par de todos: ¨No se puede creer que esté cerrado. Yo venía siempre los fines de semana desde Luján a este Teatro a ver obras o tango¨. Kathia, de 80, se sentó en una de las sillas a aplaudir para apoyar la acción antes de ir a ver una obra al Cervantes. Mientras, a un costado, Alina Ruiz Folini, una de las bailarinas, le explicaba a un adolescente dónde quedaba el San Martín y cómo era el Alvear antes de estar tapiado. El chico no dudó y se sumó a cantar hasta el final.

La acción terminó cuando los artistas se sentaron mirando el cartel y la puerta cerrada. Se dispusieron de espaldas al público a observar el vaciamiento. Una acción que término siendo una invitación a frenar y tomarse el tiempo para dejar de ignorar. Una forma de reclamo que fue todo lo contrario a sentarse a esperar.

 

Qué está cerrado

Los datos que permiten pensar que abandonaron los teatros públicos son los siguientes:

  • El Teatro General San Martín: está en obra desde el 2014. Al principio, con funciones al mismo tiempo. Ahora está cerrado desde diciembre de 2015. Tenía fecha de apertura para marzo de 2017 y se volvió a reprogramar, por ahora, para 25 de mayo. Sin embargo, los tres espectáculos que se iban a estrenar todavía no tienen fecha concreta para hacerlo. Además, ya confirmaron que esa reapertura no incluiría la sala de cine Leopoldo Lugones.
  • El Teatro Alvear: la última función que se realizó fue el 24 de mayo de 2014. En mayo va a cumplir tres años cerrado. No hay ni anuncios sobre cuándo comenzarán a repararlo.

La pelea es, por un lado, para que el Complejo Teatral de Buenos Aires abra su espacio a todos los artistas del teatro y la danza local. Pero, sobre todo, para que dejen entrar a la gran cantidad de público que cabe en  esa capacidad de butacas. Los datos  de los dos teatros del CTBA que quedan en Avenida Corrientes reflejan cómo se desaprovechan estos espacios culturales públicos:

  • Teatro San Martín: Cantidad máxima anual de producciones: 37 en el 2013. En el 2016 y 2017: 0. Capacidad entre las salas: 5.815 espectadores.
  • Alvear: Cantidad máxima anual de producciones: 14 en el 2007. En 2015, 2016 y 2017: 0. Capacidad: 861 espectadores.w

Librazo

A pocos pasos de distancia, en otra esquina de la Avenida Corrientes un cartel en el piso decía:  “Estos tarifazos son otra Masacri. Gran Librazo Nacional”. Y unos jóvenes desde una mesa repartían volantes que explicaban cómo  la crisis económica pone en riesgo  de supervivencia a editores y libreros.

Ellos también hicieron su perfomance: durante la Noche de las librerías se regalaron 30.000 libros en Córdoba, Rosario, Mendoza, Buenos Aires y otras localidades. Uno por cada desaparecido de la dictadura militar, para pedir y denunciar que la industria editorial y los libros no desaparezcan.

Que no desaparezcan, que no se vacíen, que no se cierren fueron los discursos en los bordes de la Noche de las Librerías.

Los artistas se fueron, se repartieron 30 mil libros y sobre la puerta del Alvear quedó colgando un cartel que informaba: “1027 días cerrados. Acá no hay obra”.


Radio machista: Nacional Rock no cumple con la ley

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El 24 de mayo de 2016 presentamos una carta en la Defensoría del Público, el Ministerio de Derechos Humanos de la Nación y el INADI luego de que Radio Nacional Rock lanzara su  programación. Denunciamos así formalmente que la radio estatal no cumple lo establecido en la ley  26.522, que en su artículo e) establece que los medios de comunicación deben “promover una imagen equilibrada y variada de las mujeres y los hombres”. La radio dirigida por Bobby Flores sólo tenía tres mujeres: un 10% del total de la programación. El 13 de marzo de este año recibimos, mediante la nota N°168/2017, la respuesta por parte de la Defensoría – el único que ente que continuó el trámite- que confirmó el incumplimiento y emitió una recomendación a la emisora. Ahora la radio presentó su nueva programación y si bien en el tiempo transcurrido la grilla tuvo modificaciones, aún sigue sin cumplir con el marco legal vigente: apenas el 17% de la programación contiene voces femeninas.

La ley vigente es clara: además del artículo citado, refuerza el concepto de resguardo del equilibrio y la igualdad en otro  (el m) que ordena explícitamente: “ Promover la protección y salvaguarda de la igualdad entre hombres y mujeres, y el tratamiento plural, igualitario y no estereotipado, evitando toda discriminación por género u orientación sexual”.

Al momento de nuestra presentación la fotografía de lanzamiento de la programación estaba copada por hombres, y el detalle de la grilla reflejaba que solo tres mujeres  y en horarios no centrales formaban parte de un equipo de 33 personas. Es decir, el 10% del total. Advertimos así la gravedad de que el Estado no cumpla con las leyes que dicta para regular los medios de comunicación.

Además, uno de los varones contratado por la radio pública ha sido denunciado por violación. Tal como dijimos en nuestras carta a la Defensoría, no sabemos en qué estado está la causa, pero entendemos que el Estado debe extremar sus esfuerzos para no reproducir la violencia contra las mujeres. Una forma de reproducir esa violencia es invisibilizarla, dándole voz a personas sin contextualizar, como si no existiera ninguna denuncia en su contra. Por eso también solicitamos a la Defensoría que exija que los medios públicos realicen un seguimiento del estado de las denuncias por violencia contra las mujeres que afectan a todos aquellos contratados en los medios de comunicación públicos.

Según la respuesta recibida, frente al reclamo sobre la inclusión de comunicadoras mujeres en la grilla de programación de Nacional Rock, la Defensoría notifica que mediante Nota N° 1039/2016 transmitió la demanda al Consejo Consultivo Honorario de los Medios Públicos (Nota N° 957/2016). En su última notificación a lavaca la Defensoría informa que el expediente está ahora en manos del Presidente de Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado (RTA S.E.) mediante Nota N° 1119/2016. En esa nota la Defensoría le recordó la normativa vigente en materia de equidad de género en los servicios de comunicación audiovisual, y en lo particular, las obligaciones que atañen a los servicios de comunicación audiovisual del Estado Nacional. “En este marco – dice el escrito- la Defensoría solicitó que se tomen las medidas conducentes a adaptar, a la mayor brevedad posible, la programación a los compromisos asumidos por el Sistema Público de Medios en pos de asegurar y promover la equidad de género en los servicios de comunicación audiovisual del Estado Nacional”.

Sin embargo, la programación 2017 de Nacional Rock tampoco cumple con estos lo exigido por la ley. Según la grilla publicada, de 47 personas, solo 8 son mujeres: el 17% del total. Presencia que disminuye cuando se analiza la grilla de lunes a viernes: solo 4.

Solamente dos programas tienen staff femenino exclusivamente: Emme aquí (miércoles 22 a 00hs) y Domingas (domingo de 16 a 18hs). En cambio, los programas publicados en la grilla solo con hombres suman 28.

En los casos de programas que en la grilla tienen hombres y mujeres; solo en dos casos la mujer aparece en primer lugar.

Las voces públicas que se escuchan siguen siendo inequitativamente masculinas. Y el Estado sigue sin cumplir la ley.

#YoCaí: voces en defensa de la educación pública

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Lavaca habló con las cinco organizaciones sindicales docentes con representación federal, que analizan en exclusiva los dichos del Presidente sobre la educación pública y las campañas de demonización que sufrieron desde que eligieron parar. Mientras, miles de docentes de todo el país llegan a la Capital y marchan hoy a Plaza de Mayo en una manifestación que se palpita multitudinaria. Cuáles son los ofrecimientos salariales hoy y cuál es la discusión de fondo.

Este martes comenzó el tercer paro docente por 48 horas que culminará hoy con una multitudinaria movilización a las 15 horas en Plaza de Mayo, según estiman las organizaciones sindicales que convocan a las 11 en Congreso. La Marcha Federal Educativa es un nuevo punto de la lucha docente tras las masivas movilizaciones del 6 de marzo al Ministerio de Educación y la del 16 de marzo en La Plata frente a la Gobernación de María Eugenia Vidal, luego que el Gobierno rechazara llamar a la paritaria nacional tal como establece la Ley de Financiamiento Educativo.

Ayer, y al mismo tiempo que las diversas caravanas comenzaban sus marchas, el ministro de Educación Esteban Bullrich confirmó en conferencia de prensa que el Gobierno no va a llamar a paritarias y pateó el problema a los ministros provinciales.

Bullrich habló luego que el Presidente Mauricio Macri anunciara los resultados de las evaluaciones Aprender realizadas el año pasado, criticadas por la comunidad educativa ya que el sistema, entre otras cosas, no abarcaba la trayectoria educativa de los estudiantes. “Es increíble que cinco de cada diez chicos no comprendan un texto en la escuela pública – declaró-. En la escuela privada, son dos de cada diez. Y en eso también tenemos que trabajar, en terminar con la terrible inequidad entre aquel que puede ir a una privada y aquel que tiene que caer en la escuela pública”, manifestó Macri.

Los gremios sostienen que con esos resultados y esos dichos se busca desacreditar el reclamo docente. Sonia Alesso, secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), reafirma que el pulso y el tono de la discusión quedarán dichos hoy en la Plaza. “Va a ser una marcha histórica: recuerda mucho la épica de lo que fue la Carpa Blanca en los ´90. Va a ser verdaderamente una gran marcha que expresa el malestar que la docente tiene respecto del ajuste que pretende imponer un gobierno que no quiere escuchar, que aplica la prepotencia, que desprecia lo público. Va a ser una gran respuesta a esos dichos, junto a estudiantes y universitarios”.

Garketing

“La prensa y el Gobierno se han encargado de demonizar a los docentes”, asegura Gabriela Baigorri, secretaria de Organización del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), el segundo gremio en representación docente después de CTERA con 141 mil afiliados.

Norberto Cabanas, de la Organización de la Unión de Docentes Argentinos (UDA) – 92 mil docentes de todo el país- responde sobre la conferencia de Macri y el ministro Bullrich: “Fue claramente una provocación, pero es algo que habíamos previsto cuando salimos a criticar las evaluaciones Aprender: en su momento dijimos que era una prueba que evaluaba resultados y no procesos, sin tener en cuenta el contexto. Y también dijimos que lo iban a utilizar en contra de la educación pública en tiempos de discusión y organización, como pasó hoy. El discurso se volcó a criticar la escuela pública”.

Sara del Carmen García, secretaria general de la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET) sigue la interpretación: “Es absolutamente perverso el mensaje que se está dando desde el Gobierno, replicado por los medios. Los maestros no nos merecemos esto: es de baja estofa. Por eso hay que ser serios. Yo espero que desde el Ministerio de Educación podamos pensar con seriedad hacia dónde queremos ir”.

La Confederación de Educadores Argentinos (CEA) tiene incorporadas 25 organizaciones docentes que representan a 16 jurisdicciones de todo el país, con casi 90 mil afiliaciones. Para Fabián Felman, su secretario federal, esta campaña contra la escuela pública tuvo un punto a favor: “Durante estos 15 días hemos logrado un mayor grado de concientización en toda la población. Pretenden enfrentar a padres con los docentes, pero ellos son conscientes: se ha demostrado en estos días y lo vamos a ver en la Marcha. Una cosa es lo que publican los diarios, otra es la realidad”.

Romina del Plá, secretaria general del SUTEBA de La Matanza, subraya que cada ataque fortalece la organización: “A cada una de las provocaciones la docencia ha respondido con una gran movilización. Y la Marcha Federal va a ser multitudinaria. Hemos duplicado la cantidad de inscriptos para la movilización respecto a la manifestación en La Plata, la cual a su vez había subido respecto a la del 6 de marzo. Realmente estamos viendo una organización que le está dando a la huelga docente un carácter muy activo”.

Números que no cierran

“Por eso es importante explicarle a la mamá y al papá porqué el docente está de paro”, dice Gabriela Baigorri, secretaria de Organización del Sindicato Argentino de Docentes Privados. “No sólo no vamos a tener mejores salarios sino que ha mermado la inversión en el sector. Tenemos muchos problemas en cuanto al sistema edilicio, los planes suspendidos, la capacitación. Son muchas cosas que estamos defendiendo. No sólo estamos yendo a la calle por el salario sino por la falta de inversión del sistema educativo en general”.

CTERA es la organización sindical con mayor representatividad en todo el país a través de sindicatos en todas las jurisdicciones: tiene más de 400 mil afiliados. Su secretaria general Sonia Alesso apunta que, en la dialéctica del Gobierno que pretende desacreditar la lucha docente mientras no convoca paritarias, hay un doble juego. “Una parte tiene que ver con poner un techo a la discusión de los trabajadores y usar nuestra paritaria como testigo para bajar las pretensiones de los que están dispuestos a pelear. Por otro lado, el Gobierno está usando los fondos previstos por ley para otros destinos. Se han subejecutado partidas por casi 20 mil millones de pesos que están en el Fondo de Financiamiento Educativo, que tiene ver con salarios, infraestructura y becas. ¿A dónde está yendo toda esa plata?”.

Sara del Carmen García, secretaria general de AMET, ensaya una respuesta: “Hoy las jurisdicciones priorizan pautas publicitaria en radios y televisión en lugar de mejorar las condiciones a los maestros”. ¿Qué condiciones? AMET habla con números concretos: “Hoy es 21 y en Santa Cruz todavía no han terminado de pagar los salarios a los docentes. Anoche a las 11 de la noche hicieron un acta, una pseudo paritaria, donde el ofrecimiento real era de un 4 por ciento. El gobierno de Santa Cruz entiende que si no hay una paritaria nacional que los auxilie ellos no pueden ofrecer más del 4 por ciento”.

Gabriela Baigorri, secretaria de SADOP: “La situación es insostenible. El Gobierno no está dispuesto a cumplir lo que fija la ley, que era lo que permite a los docentes de todo el país tener un salario mínimo. La paritaria no es cualquier cosa: garantiza que un docente de Jujuy pueda ganar lo mismo que un docente de La Pampa, del Chaco o de la Ciudad de Buenos Aires. Así comienzan las desigualdades”.

¿Cuál es el ofrecimiento hoy? Baigorri: “Hoy el ofrecimiento es que lleguemos a cobrar 9600 pesos de bolsillo con una última cuota a cobrar en enero de 2018. No cuentan con que el año pasado tuvimos aumentos y tarifazos en todos los servicios, que nuestra canasta familiar se ha devaluado: hoy con ese monto no llegamos a cubrir todo lo que se ha deteriorado el salario. En algunas provincias es peor: es de 3 mil pesos. No podemos permitir que el Gobierno nacional, que en campaña se llenó la boca diciendo que su prioridad era la educación, no se haga cargo de esta responsabilidad. Se ha desentendido del tema educativo y lo ha puesto en manos de las provincias. Eso tiene que ver con un modelo de país. En ese escenario, a los docentes y a todos los trabajadores que están sufriendo las consecuencias de las políticas del Gobierno nacional no nos queda otra que la protesta”.

Fabián Felman, secretario general de CEA, pone otros números: “Hoy el salario mínimo es de 9672 pesos a partir de enero, pero hay jurisdicciones que no lo cumplen ya que, al no haber paritaria nacional, no hay monitoreo. Lo vimos en Corrientes, en San Luis, en La Rioja. Al correr el foco a las provincias, lo que hacen es imitar al Gobierno nacional y otorgar aumentos por decreto. Otras, incluso, otorgan un porcentaje por debajo de la pauta que dijo el Gobierno del 18 por ciento. En Corrientes están dando, por ejemplo, un aumento del 16 por ciento. Y en Santiago del Estero el básico es de 4 mil pesos. ¿Otro punto importante? Sin paritaria, tampoco podemos discutir la formación docente ni la infraestructura. Al no tener ese ámbito de discusión, no podemos tener el control de esa cuestión”.

Por qué la calle

 

“Ya podemos decir que la Plaza de Mayo va a estar llena”, dice Norberto Cabanas, secretario de Organización de la Unión de Docentes Argentinos (UDA). El gremio cuenta con una afiliación de 92 mil docentes de todo el país. “Lo que vemos es que no sólo va a expresar al docente sino un colectivo más grande, porque también nos van a acompañar organizaciones sociales. Va a ser un hito, y es algo que de lo que el Gobierno va a tener que tomar nota”.

La Confederación de Educadores Argentinos (CEA) tiene incorporadas 25 organizaciones docentes que representan a 16 jurisdicciones de todo el país con casi 90 mil afiliaciones. Fabián Felman, secretario general, dice a lavaca: “Lo que se va a ver hoy es la convergencia de las fuerzas que se vienen desarrollando en pos de recuperar un derecho que habíamos conquistado. Y esto no es sólo por los docentes: nosotros siempre hemos sido referencia para las discusiones de los convenios colectivos del conjunto de los trabajadores, y hoy el Gobierno quiere que seamos referencia de que se pueden sacar derechos laborales. Y eso es una gravedad institucional. Por eso esto es una lucha organizada del conjunto del movimiento obrero: padres, alumnos, cooperadoras, sociedades de fomento. La del miércoles va a ser una marcha del pueblo en general”.

¿En estas condiciones a dónde se está yendo? García, de AMET: “A ningún lado. Estamos parados. El sistema educativo es una estructura muy pesada, es paquidérmica, y cuando la parás cuesta mucho ponerla de nuevo en pie. Por eso hay que discutir el salario y luego empezar con la cuestión de fondo. Lo que va a ocurrir mañana con la Marcha Federal no se veía en años. Han habido conflictos prolongados, pero acotados a jurisdicciones. Sí hubo años anteriores a este gobierno donde debimos haber plantado bandera con mucha más firmeza, y me hago cargo, pero lo de este año es muy parecido a los ´90. Lo de mañana va a ser una movilización muy importante, porque la bronca, la desazón y las ganas de protestar están desde Jujuy a Tierra del Fuego. Y eso se va a notar”.

La educación pública no se mancha: histórica movilización docente

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400 mil docentes, estudiantes, científicos, becarios, escuelas enteras, alumnos con sus padres y madres marcharon hoy a Plaza de Mayo para repudiar el desfinanciamiento de la educación pública. Las distintas provincias mostraron sus propias realidades y la misma necesidad: el llamado a la paritaria nacional, tal como dispone la ley. Las voces federales, las respuestas al #YoCaí y cómo dar una lección en tiempos de crisis.

Fotos: Nacho Yuchark para lavaca

La columna de Río Negro avanza a paso firme por Diagonal Norte. Le faltan apenas metros para llegar a Plaza de Mayo, después 960 kilómetros. Con el último suspiro dejan todo: cantan, agitan, aplauden, tocan el silbato y dejan claro por qué viajaron hasta Buenos Aires: para defender la educación pública.

La frase parece un cliché, pero desde ayer tomó una nueva connotación tras los dichos del Presidente, y creció tras las largas semanas en las que el gobierno se negó a abrir la paritaria nacional dispuesta por ley. El otro lugar común en esta marcha es una respuesta: los carteles de “#YoCaí” en la educación pública y sus variantes son muchos para decir lo mismo. “Soy fruto, producto y ya casi me estoy por jubilar de la escuela pública”, dice Mara de Juanes, mientras camina con una gorra azul por Avenida de Mayo. Vino desde Goya, Corrientes.  “He trabajado gran parte de mi vida y por eso he visto el devastamiento total de la educación pública, del cual ningún gobierno se hace responsable”.

Norma, que marcha en la columna de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) con un cartel que deja en claro que ella no “cayó”, sino que “eligió” la educación pública, expone su historia:  “Egresé de la UBA con mucho esfuerzo y hoy enseño en las escuelas 7 y 1 de San Martín”. Trabaja en los equipos de orientación escolar y también es maestra de grado. Tiene la misma teoría que la correntina Mara: “Nosotros vemos a las claras cómo han deteriorado la escuela pública. La educación pública no es mala: lo malo es esta política que la degrada”.

La jornada de hoy cierra un nuevo paro de 48 horas, que esta vez tuvo alcance nacional y generó todo tipo de travesías hasta la Plaza de Mayo, en la cual a las 14 comenzó un acto con distintos oradores gremiales. Antes y después, los cánticos, las banderas y las pies en la calle.

Fotos: Nacho Yuchark para lavaca

Pobres docentes o docentes pobres

La marcha fue puntual como una clase docente: a las 11 las columnas llegaron a los distintos puntos de convocatoria. A esa hora una multitud colmaba Congreso, y en media hora ya había diez cuadras de movilización. Los docentes patagónicos avanzaron por Diagonal Sur; los estudiantes por Diagonal Norte; y los del centro y Norte del país desfilaron por Avenida de Mayo.

Cuando desde el escenario en Plaza de Mayo anunciaron la presencia de 400 mil docentes desde Jujuy a Tierra del Fuego, la cifra instaló lo que los ojos confirmaban: era un día histórico.

Una de las columnas más nutridas fue la de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC). “Estamos en un conflicto bastante serio porque la provincia no presentó propuesta para poner en consideración”, dice Alina Monzón, secretaria adjunta del gremio. “Lo único que presentó es un techo del 18 por ciento, pero estamos en una situación muy complicada ya que hay acuerdos de 2015 y 2016 que aún no se han cumplido. Tuvimos siete días de paro en el segundo semestre del año pasado. No hubo respuestas, sólo descuentos”.

¿Qué ocurre este año? “La situación se complejiza porque un docente de primer grado que recién se inicia está ganando hoy 12 mil pesos. Eso, en nuestra provincia, es debajo de la línea de pobreza”.

Así, cada docente trae una historia de su territorio que hace particular esta marcha federal. La correntina Mara relata una realidad peor: en su provincia un docente recién ingresado cobra poco más de 7 mil pesos mensuales. “Nosotros dependemos mucho de la paritaria nacional ya que Corrientes recibe los fondos nacionales como parte de las zonas más empobrecidas del NEA y del NOA”, cuenta. “Necesitamos esos fondos para poder llegar a un piso y estar en concordancia con los sueldos del resto del país. La provincia nos propone por decreto un aumento que no supera el 20 por ciento, cuando el 60 o 70 por ciento de los docentes de nuestra provincia están por debajo de la línea de pobreza”.

Si bien el salario mínimo se estipula en 9.672 pesos a partir de enero, las provincias hacen sus propios ofrecimientos ya que al no haber paritaria nacional, no hay piso en común. Así se permiten realidades como la de Mara: en Corrientes ofrecieron 16%, debajo de lo que el gobierno nacional insinuó.

Fabián Felman, secretario general de CEA, pone contexto: “Al correr el foco a las provincias, lo que hacen es imitar al Gobierno nacional y otorgar aumentos por decreto. Lo vimos en Corrientes, La Rioja, San Juan”.

Víctor Robledo se vino desde la escuela primaria de jornada completa de Rawson, San Juan. Dice que toda su vida estudió y ejerció en el sistema público. “La situación hoy está conflictiva, porque San Juan es una de las más necesitadas de recibir los fondos nacionales que Macri y ( Esteban) Bullrich (ministro de Educación) están negando. Un ejemplo: yo trabajo jornada completa 8 horas diarias y mi sueldo no llega a 12 mil pesos, con 20 años de antigüedad. Imaginate los que recién comienzan. También tenemos problemas con los comedores escolares: se pagan 8 pesos por alumno para que puedan almorzar. Decime, ¿quién puede almorzar con eso?”.

La pregunta queda picando y la retoman desde Formosa, donde parieron otra teoría: “Toda la discusión se queda en lo K o anti K”, dice María Elisa Cabrera, parada en Avenida de Mayo y Piedras. “Pero una es realista nomás: el sueldo de base es de 5 mil pesos y, con las categorías, alcanza los 9 mil. Así no se puede”.

Fotos: Nacho Yuchark para lavaca

Dichos y hechos

Además del empobrecimiento, si hay algo que engloba a todas las columnas es el repudio a las declaraciones del Presidente, quien dijo que los alumnos “caían” en las escuelas públicas al no poder acceder a las privadas. Se ve en los cartele,s pero también es lo primero que salta al entablar un diálogo: “Los dichos del Presidente son lamentables”, sintetiza Alina Monzón, secretaria adjunta de UEPC Córdoba. “Hablan desde un lugar de desconocimiento y de humillación absoluta a los docentes. Tendrían que pasar antes un rato por la escuela pública para saber de qué se trata”.

Las pecheras de docentes de Formosa están en la intersección de Avenida de Mayo y Piedras, luego de salir el lunes a las 2 de la tarde desde esa provincia. Durante el trayecto hicieron actos en Paraná y en Rosario. Una de ellas es María Elisa Cabrera. “Soy de Clorinda, límite con Paraguay. Soy directora del jardín de infantes  N° 14 y estoy a punto de jubilarme, pero sigo peleando por las futuras generaciones”. María Elisa dice que era una de las que confiaba en el cambio. “Yo no lo voté, pero confiaba porque uno tiene que confiar en sus gobernantes. Y respetar, porque estamos en democracia. Pero si uno escucha lo que dijo, es indignante. Muchas personas se pueden quedar sin trabajo y pretenden que tengamos que pagar para estudiar. Eso es lo que quieren”.

Por una colmada columna de Entre Ríos marchan Patricia Cabrera y Marta Hirbe, directora y vicedirectora de la escuela rural Almafuerte, en Paraná. Dicen juntas: “Tenemos muchísima tristeza por la falta de sensibilidad del Gobierno. Nos parece increíble estar viviendo esta situación después de los 90. Vivimos con mucha preocupación porque vemos pocas posibilidades de salida con un Gobierno que no accede al diálogo y que no reconoce para nada la problemática social que atravesamos. Somos muchos, somos fuertes y la organización es posible. Es lo que nos queda: sufrimos devaluaciones y tarifazos que han afectado enormemente nuestro bolsillo. En síntesis, no recordamos un ataque a la educación pública así en años”.

Raquel Dalbies, docente de la localidad de Puerto Vilelas, a 15 kilómetros de Resistencia, destaca una característica del Gobierno: su coherencia. “Es coherente con las bestialidades que dice y hace: no nos podemos sorprender, aunque sí indignan las palabras porque lo que nos sobra a los docentes es coherencia, memoria, historia y hoy estamos poniendo en la calle a la comunidad educativa”. ¿Cómo ve la situación en la provincia? “Algunas de las políticas públicas son mantenidas con mucho esfuerzo por el gobierno provincial, como Conectar Igualdad y las orquestas y coros infantiles, pero la Nación extorsiona mucho con el dinero. Todo está supeditado a la paritaria nacional”.

Raquel dice que hace mucho tiempo que no escuchaba ataques a los docentes como los de los últimos meses. “Es un discurso exacerbado y con mucha impunidad. La verdad que son nuevos tiempos, donde la política es absolutamente empresarial y económica. En los ´90 querían imponer un modelo neoliberal. Hoy estamos en tiempos absolutamente perversos, en los cuales la ganancia es lo que tiene mayor importancia. La gente no importa, la exclusión no importa, el que necesita no importa; sólo el afán de recaudar y que dé resultado el negocio que podría ser la salud, la educación, la seguridad. Así y a las claras ha despojado al pueblo, en un año y medio, de los derechos conquistados y ha avanzado en políticas comerciales. En ese sentido las escuelas somos el primer lugar donde se siente el desempleo y el hambre: la mamá sostén de hogar que se quedó sin trabajo, el hermano al que echaron del laburo. Más allá de que nuestros derechos son vulnerados, los docentes somos el primer termómetro que tiene la sociedad para saber si la sociedad está en crisis. ¿Sabés qué? Lo estamos”.

Fotos: Nacho Yuchark para lavaca
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MUbis: Internet vs. Estado y corporaciones

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Lavaca.org comienza una serie de recomendaciones de películas, documentales y ensayos que hay que ver en esta época. Como los estrenos cinematográficos, todos los jueves subiremos a la web propuestas que abarcan más de un film según la temática. Hoy: Internet vs. Estado y corporaciones.

Los tres documentales desarrollan, con buen pulso narrativo, historias similares: programadores, hackers, jóvenes que, lejos de CEOs filántropos como Steve Jobs o Bill Gates, crearon plataformas y herramientas libres y beneficiosas para los usuarios en contra los intereses del Estado y las corporaciones.  La historia trágica de Aaron Swartz, niño prodigio, colaborador en el desarrollo de la licencia Creative Commons la persecucn judicial Ross Ulbricht, creador de la plataforma Silk Road una red anónima de intercambio mayormente de productos ilegales con Bitcoins y  el affaire judicial tramado por las discográficas contra el tridente Peter SundeGottfrid Svartholm y Fredrik Neij, responsables de The Pirate Bay. 

Tres documentales que asumen un punto de vista sobre los hechos quenarran y muestran cómo unos nerds se convirtieron en mártires a pesar de su voluntad.  

Deep Web (historia de Ross Ulbricht)(2015)

The internet´s own boy (historia de Aaron Swartz) (2014)

TPB Away from keyboard (The Pirate Bay) (2013)

 

El CEO de los derechos humanos

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Quién es y qué responde el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, sobre el terrorismo de Estado y otros temas clave de derechos humanos. Los 30 mil, la violencia institucional, el aborto, su cuenta en Panamá y cómo busca el Estado hoy a los desaparecidos en esta entrevista realizada para la MU n°103 en septiembre pasado. Perfil y entrevista del CEO de los derechos humanos.

A la semana de asumir, el secre­tario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj, citó a todo el plantel en el predio de la Ex ESMA, donde tiene su oficina. De un total de 1.200 emplea­dos fueron apenas 100. Ante el auditorio diezmado, formuló sus primeras definicio­nes: “Voy a seguir con las políticas de Memo­ria, Verdad y Justicia”. Quienes ya lo cono­cían por su gestión como subsecretario de derechos humanos en Ciudad o cuando fue representante de la DAIA, advirtieron en­tonces que Avruj suele acomodarse en el tre­cho que cava entre los dichos y los hechos. Licenciado en organización institucional por la Universidad Bar Ilan, su fuerte es mante­ner un trato amable con los más variados ac­tores sociales y utilizar la técnica que le ha enseñado su coach personal: escuchar.

Buenos muchachos

Claudio Bernardo Avruj se hizo co­nocido como encargado de las rela­ciones institucionales de la DAIA durante la dirección de Rubén Beraja, en pleno atentado a la AMIA. Si bien no está claro si Avruj fue la mano derecha o la iz­quierda de Beraja -quien está imputado por haber pagado dinero para desviar la inves­tigación- fue su sombra.

Avruj fue director ejecutivo de la DAIA en­tre 1997 y 2007, época en que su director ad­junto era Alfredo Neuberger, quien aparece mencionado en los Wikileaks por sus infor­mes a la Embajada de los Estados Unidos. Neuberger, además, fue asesor de Enrique Mathov, secretario de Seguridad del gobier­no de la Alianza, quien fue recientemente condenado por la represión del 19 y 20 de di­ciembre del 2001.

Guillermo Yanco, marido de Patricia Bullrich, es otro nombre asociado a Avruj. Yanco es presidente del Instituto de Estu­dios Argentinos (Idear), una de las usinas de pensamiento Pro, y comparte con la productora de la familia Avruj un progra­ma televisivo sobre la colectividad judía llamada Vis-A-Vis. Según revela Tiempo Argentino en su investigación conjunta con MU, Vis-A-Vis recibió pauta del gobierno de la Ciudad en 2014, cuando Avruj ya era funcionario del gobierno porteño.

Otro nombre más polémico: Jorge El Fino Palacios, a quien Avruj conoce desde su gestión en la DAIA. Según el periodista Jor­ge Elbaum, Avruj fue uno de los impulsores del premio que se le entregó al comisario Palacios “por su compromiso en la Causa AMIA”, antes de ser acusado de encubri­miento. Distintas fuentes coinciden, ade­más, que fue Avruj quien se lo presentó a Macri para su nominación como jefe de la Policía Metropolitana.

Sin embargo, cuando el 26 de octubre de 2010 declaró ante la comisión investigado­ra especial sobre las escuchas ilegales de Palacios, Avruj precisó que lo había reco­mendado el ex embajador de Israel, Rafael Eldad y que había compartido varios even­tos sociales con el comisario, a quien des­cribió como alguien “muy apreciado por la comunidad judía”.

El elegido

José Schulman, titular de la Liga por los Derechos del Hombre, lo define de esta manera: “Es un cuadro de la derecha del siglo 21, no del siglo 18”.

Schulman, como parte de la colectivi­dad, enmarca a Avruj dentro del sionismo: “Ni siquiera tiene una onegé trucha como (la vicepresidenta Gabriela) Michetti, que practica la compasión. Avruj es otra cosa: es parte del sionismo mundial que crea fun­daciones para recaudar fondos”. Así inter­preta la sociedad que se le descrubrió en pleno Panamá Papers: Kalushy, creada el 27 de julio 1992, cuando Avruj era director de la organización judía B’nai B’rith, orientada a la asistencia social. Avruj vivió en Venezue­la y Panamá cuando formó parte del staff directivo de esa organización.

En la sociedad Kalushy también figura su esposa, Elisa Alfie.

La feria de los derechos

En 2007, Avruj deja la dirección ejecu­tiva de la DAIA y asume como direc­tor de Relaciones Institucionales del Gobierno de la Ciudad. Elbaum asegura que luego una comisión investigadora revisó su gestión económica, en particular los precios de la edición de materiales gráficos.

En 2011 asume como subsecretario de Derechos Humanos de la Ciudad. Su ges­tión se caracterizó por la disolución del área de violencia de género y el vaciamiento de recursos destinados al Parque de la Memo­ria, espacio que tras la visita del presidente Obama se convirtió en la imagen principal del portal de la Secretaría que ahora dirige.

Otra característica de su gestión porteña fueron las ferias destinadas a colectivida­des, cuyo hit fue la gastronómica Buenos Ai­res Celebra. Gabriela Alegre, ex legisladora del Frente Para la Victoria, ocupó el mismo cargo que Avruj en la subsecretaría porteña. Dice: “No está mal promover la diversidad cultural de todas las colectividades, pero es un negocio donde lo único que hacen es ven­der. Es la lógica PRO: promover negocios privados a costa del Estado”.

Schulman analiza otra variable: “Es una política doble, hipócrita. Por un lado se fo­menta celebrar la diversidad cultural, al tiempo que se convive con talleres textiles clandestinos y de discriminación hacia los migrantes latinoamericanos”.

Además de los contratos nunca transpa­rentados sobre los empresarios que acce­dían a los puestos de Buenos Aires Celebra, estas fuentes señalan que las impresiones destinadas a este tipo de eventos “se las daban todas a la imprenta de Marcelo Glas­man”. Glasman es propietario de la im­prenta Mimeográfica S.A., además de pro­secretario del Museo del Holocausto, del cual Avruj es presidente honorario.

Avruj asumió esa presidencia siendo subsecretario de Derechos Humanos, y la mantiene hasta hoy. Ahora sumó otro car­go: se nombró a sí mismo presidente del instituto de Derechos Humanos de la UNESCO.

En el pliegue de ese perfil internacional y la atención doméstica de los derechos humanos, Avruj juega un rol clave: “Cuan­do entienden que van a tener una política abierta hacia el mundo y que en ese mundo los derechos humanos gozan de un con­senso muy fuerte, se dan cuenta -sobre todo con la primera visita de Hollande (presidente de Francia)-, que no pueden ningunear a los organismos porque tienen un peso específico en la imagen interna­cional de Argentina. En ese sentido en­tienden el rol de la Secretaría, en función de los negocios que pretenden y la plata que necesitan que venga. La ambición es la de crear a un tipo con prestigio en organis­mos internacionales. El más consciente de eso es Avruj y Macri lo está aprendiendo”, interpreta Schulman.

Sigue Schulman: “Y hay otra cosa que Macri está aprendiendo: no es fácil arreme­ter contra el movimiento de derechos hu­manos. Le volteamos a Lopérfido, le frena­mos la libertad de Etchecolatz, evitamos que venga Obama a la ESMA, y ahora estamos peleándola para que aceleren los juicios”.

En cuanto a los organismos de derechos humanos, Gabriela Alegre distingue un trato distinto hacia Madres y Abuelas y otro, hacia HIJOS: “Intentan hacer quedar a HIJOS como violentos, como cuando los asociaron con las piedras que le tiraron a Macri en Mar del Plata”. Schulman razona por qué: “Por dos razones: porque los HI­JOS ya plantearon la diferencia entre la ley y la legitimidad y porque si hay un genoci­da libre van a ir a escracharlo. Y por algo más pragmático: a diferencia de nosotros, que tenemos 70 y pico de años, ellos tienen 35. Se las van a tener que ver con HIJOS por los próximos 50 años”.

Genocidas go home

Avruj vive a tres cuadras de la ex Es­ma. Desde el primer día llega pun­tual a su oficina y cumple riguroso horario. Según trabajadores despedidos, su trato al comienzo fue amable: “Nos sa­ludaba con un beso cada mañana”. Luego, llegaron las rispideces. “Lo primero que hicieron es pedirle al jefe de logística que guardase un ejemplar de cada libro y folle­to que sacó la Secretaría los últimos 13 años, que habíamos hecho nosotros. Y or­denaron tirar todo el resto”. Primero, cuentan, querían quemarlos. Luego acep­taron venderlos como papel.

Entre los hombres clave en el manejo de la Secretaria, los trabajadores distinguen a uno del ámbito empresarial, que ubican en una oficina especial: El Hombre del Cubícu­lo. Luego, señalan al director de prensa, Hernán Bubu Arbinder.

Arbinder fue el encargado de comunicar a los empleados la nueva línea: “Queremos cosas que alegren a los argentinos, nos de­cía”. Lo concreto es que la agenda fijada en Ciudad se trasladó a Nación: pueblos origi­narios, diversidad sexual, comunidades. Para estas actividades, “la agenda de con­tactos que utiliza es la misma de la Ciudad”, aseguran quienes estuvieron en la organi­zación de algunos eventos.

Otro de los ejemplos que ilustran los nue­vos aires de la Secretaría llegó cuando Avruj debió expedirse sobre la prisión domiciliaria a los genocidas. En el blog Pacificación Nacio­nal Definitiva se puede escuchar el audio en el cual Alejandro Patrón Costa (h) relata la reu­nión que mantuvieron con Avruj los defen­sores de los genocidas presos.

Los planteos:

  • Que la Secretaría deje de ser querellante en las causas por delitos de lesa huma­nidad. La respuesta de Avruj: no.
  • Otro: que no sean llamados “delitos de lesa humanidad”. La respuesta de Avruj: “Para él está bien llamarlos así”, lamen­ta Patrón Costas (h).
  • Finalmente, plantearon el tema de las prisiones domiciliarias. “Avruj nos dijo que ese era el camino: movilizar denun­cias sobre la situación de los presos, por cada caso en particular”.

El relato de Patrón Costas coincide con lo que cuenta un empleado de la oficina de prensa: El Hombre del Cubículo le pidió que escribiera una editorial política que sería firmada por el secretario. “Me dice: ‘Poné que están muy viejos, enfermos y que en algunos casos se pelean con sus compañeros de celda. Decí que ante esos casos, aceptaría la domiciliria’”.

El joven, que venía de la anterior ges­tión, se negó.

El Hombre del Cubículo le dijo enton­ces: “Dejá, se lo pido a otro”.

En marzo el diario La Nación –entusias­ta defensor de genocidas- publicó un re­portaje en la cual Avruj expone estos con­ceptos.

Medios, adentro

Dirigido por Bubu Arbinder, el es­quema de la Secretaría incluyó la creación de un nuevo cargo: la subdirección de prensa, ocupada por Ro­berto Bobby Menna.

Bobby, a diferencia de Bubu, viene de la tevé y según los ex trabajadores, “tiene to­dos los contactos con los medios”. Ade­más, en la dirección de prensa fue contra­tada la joven novia de un famoso productor de radio Metro, “con los contactos del ám­bito radial”. Y también, un joven panelista del noticiero de las 18 horas del Canal 26. “Metieron mucha gente vinculada a me­dios, con muchos contactos: ahí tenés no solo una política de cara a los medios, sino los medios adentro”.

Aportan una anécdota para resumir qué rol juega Avruj y su Secretaría dentro de la geopolítica comunicacional de Cambiemos:

  • Lo que van diciendo es un grupo de What­sapp que enlaza a los principales funcio­narios del gobierno nacional con Marcos Peña y su equipo de comunicación.
  • A fines de enero llegó a esa lista el men­saje de que Darío Lopérfido, por entonces Ministro de Cultura porteño, había rela­tivizado el número de desaparecidos.
  • Luego, desfilaron los mensajes del sis­tema de monitoreo de redes sociales que evaluaban las reacciones que habían co­sechado las opiniones de Lopérfido.
  • Por último, llegó la orden de Marcos Pe­ña para neutralizarlo. “Primero que salga Avruj”.

Y Avruj salió.

En primera persona

Estamos en la Esma, que aún impo­ne su pasado siniestro a pesar del Ex. Nos recibe Bobby Menna, quien se esfuerza por hacernos sentir como en casa. El nombre (en rigor es Roberto) y la cara recuerdan a un zapping televisivo, que luego sintoniza: Bobby condujo junto a Jésica Cirio el programa Impacto 9.

Una secretaria ofrece algo de tomar y en tiempo récord llega una moza con agua y café. En las paredes de la sala de espera cuelgan sólo dos cuadros con dibujos: uno de las Madres de Plaza de Mayo; otro de un chupete colgando de una celda. Dentro del despacho del secretario Claudio Avruj, la decoración cambia: sobresalen tres cua­dros, cada uno de una colectividad distin­ta: afro, musulmana y judía. Sobre el es­critorio, fotos familiares y en un rincón, fotos con el Papa y Obama. Y encima del sillón donde transcurrirá la entrevista, el retrato de Mauricio Macri con la banda presidencial.

Bobby se quedará durante toda la charla; luego, se sumará Bubu.

A diferencia de Bobby, Bubu no es cono­cido por su trabajo en los medios, que has­ta el día de hoy mantiene: a pesar de su función ministerial, sigue trabajando co­mo productor del periodista de Radio Mi­tre, Marcelo Longobardi.

En ese marco, Avruj comienza delinean­do los principales ejes de su política, que define como alineada “con lo que propone Naciones Unidas”. Resalta: “Obviamente un eje importantísimo es Memoria, Verdad y Justicia como política de Estado, pero no­sotros detectamos muchísimas ausencias del Estado a nivel federal en materia de de­rechos humanos. Un eje principal para no­sotros es pueblos originarios. El segundo eje es la diversidad sexual. Si bien nosotros reconocemos que durante estos últimos 25 años hubo un despliegue de derechos en cuanto a la diversidad sexual, sin lugar a dudas, hay una brecha muy grande entre lo legal y lo real. Y cuando recorrés el país -ni hablar del GBA- no se despliegan los dere­chos como en la Capital Federal. Esto lo he­mos visto en Salta, donde recién están dis­cutiendo la posibilidad de una zona roja para que la población trans pueda ejercer desgraciadamente la prostitución sin ser avasallados por la policía”.

¿La zona roja es la mejor solución para la ex­plotación sexual?

La zona roja no es la mejor solución, por­que sabemos que detrás de la prostitución están los que hacen negocios, está la droga y un montón… Pero no podemos prescin­dir de que la gente que tiene que llegar a esa situación vea sus derechos humanos permanentemente avasallados por la Poli­cía Federal, con complicidad del Estado.

En Salta, justamente, ya se realizaron 503 marchas contra la violencia institucional …

Era el otro foco que iba a mencionar: el te­ma de la violencia institucional. Es de los problemas más graves del Estado. En Ar­gentina tenés policías muy violentos en todo el país, muy violentos. Ni hablar que todos sabemos qué poder tienen las poli­cías locales. Es un país en el cual hoy la tortura existe en las prisiones: esto lo sa­bemos. Es un problema muy serio, here­dado desde principios de la historia, pero al cual la democracia no pudo darle solu­ción. Pero siguiendo en orden, el tercer eje novedoso que trajimos acá es el tema de la división nacional de multiculturalismo y pluralismo cultural. Yo lo instalé en Ciu­dad, esto fue muy bien visto por Naciones Unidas y por distintos organismos inter­nacionales como algo novedoso. Porque cuando uno mira colectividades, no es el folklore. Es eso, pero además son las redes de contención que crean las comunidades: todas tienen cementerios, escuelas, igle­sias centros deportivos, centros de asis­tencia social, hogares para ancianos, lo que quieras. El valor que eso tiene como sostén de acompañamiento del Estado es fantástico. Entonces, hay que potenciar.

Sobre el tema de las comunidades hay un ca­so aberrante: el asesinato de Massar Ba, un referente de los derechos senegaleses que murió a patadas en plena calle de San Telmo.

Sí, claro, el senegalés. Nosotros intervini­mos ahí. Estamos en contacto permanente con la comunidad senegalesa, con la cual yo tengo muchos vínculos desde la Ciudad.

¿La secretaría va a constituirse como quere­llante en la causa?

Ahí estamos trabajando y definiendo… porque ahí tenés también un límite. Como secretaria de Derechos Humanos no podés ser querellante en todos los hechos indivi­duales.

En este caso era un referente de los dere­chos humanos y hay presunciones de que el crimen involucra agentes del Estado, o que hubo una mala actuación policial

El Estado sí, es otra cosa. Porque si nos po­nemos a ser querellantes por cualquiera, primero que no tengo la atribución. Todos los temas de contención, de apoyatura, eso se está haciendo. El proceso de querellante ya no me corresponde.

Sobre otro de los ejes: pueblos originarios. En Salta una niña wichi fue violada y el com­portamiento de las instituciones del Estado constituyó una segunda violación…

Sí, sí, estuvimos, de hecho ahí intervini­mos. Porque yo tengo mucho vínculo con Ubilla, el que levantó el tema, que es un le­gislador del FPV justamente. Estuve en Salta, ahí se instaló el tema fuertemente, ahí vamos acompañando también.

Otro caso de violencia institucional: Belén.

Ese tema, bueno, tenía muchísimas defi­ciencias todo el trabajo que habían hecho los médicos, y la justicia posteriormente. Por eso nosotros presentamos el informe que nos transmitía a Naciones Unidas y bueno, nos reunimos con todos los orga­nismos de derechos humanos, con la abo­gada, y por suerte se logró la liberación.

Son 30 mil

Usted es presidente honorario del Museo del Holocausto y entende­mos que gracias a esa labor es que, de alguna forma, está aquí. Por eso puede entender mejor que nadie que cuando un funcionario pone en duda la cifra de desa­parecidos -y mucho más si se dice que es por plata o por susbsidios- está cometien­do algo más que un error. ¿Cuál es su inter­pretación?

Fui el primero que salió al cruce de las de­claraciones de Darío (Lopérfido). Creo que no hay duda alguna. Lo digo como Estado y lo digo como persona: el número de 30 mil más que simbólico es emblemático. Tiene que ver con una lucha, un paradigma que se planteó desde los organismos de dere­chos humanos como búsqueda de demo­cracia y de verdad y tras el cual toda la so­ciedad ase enarboló. Ese número no puede ser nunca motivo de discusión política ni ideológica. Eso es gravísimo, porque ¿qué vas a discutir? ¿La dimensión del horror? Si te digo que en vez de 30 mil fueron 25 mil, ¿qué estoy planteando? La minimización de lo que fue la tragedia del terrorismo de Estado: la ponés en duda. En todo caso, lo que sí corresponde es la discusión históri­ca y académica, pero por ahí no es el tiem­po, esto vendrá más adelante. Pero nunca tiene que ser una discusión ideológica. Es cierto que la Conadep -un documento in­discutido por todo el mundo- tiene de­nuncias de 8.400 y pico. Que esas denun­cias, a su vez, se nutren del primer archivo que hicieron los familiares: se juntan las que habían recibido la APDH, más las que habían recibido Familiares, eso se le da a Conadep y la Conadep aumenta. Entonces, ese número no es discutible.

Sobre todo porque, como usted repasa, las cifras y los aportes se hicieron siempre des­de organizaciones de la sociedad civil y no desde el Estado

Es que siempre es así.

Al día de hoy existen hábeas corpus sin res­puesta, por ejemplo el de Nora Cortiñas, que exige que el Estado le diga dónde está su hijo

Es lo que decimos siempre: los números siempre vienen desde las víctimas. Ahora, ¿qué pasa con todas esas familias que fue­ron diezmadas, que no quedó nadie? ¿Qué pasa con todas esas familias que se fueron al exilio o están acá y no denuncian? Pero está interpretado que vos tenés documen­tos donde los militares muchas veces di­cen que “para terminar este problema ne­cesitamos que mueran o desaparezcan miles”. Y hay documentos de ellos que di­cen 17 mil, hay documentos de 22 mil… ¿Y si son 40 mil? Hagamos al revés: si a lo lar­go de los años se demuestra que fueron 52 mil. ¿Qué van a decir? “Che qué boludos: no sabían que no eran 30 mil, sino 52 mil?” ¿Y en qué cambió la cuestión de fondo? Por eso hay que ser muy respetuoso y serio y cuidadoso con los números.

Otra cuestión que exige respeto y cuidado son las prisiones domiciliarias de genocidas.

Hay dos dimensiones que hay que enten­derlas muy bien. Una dimensión es lo emocional. Lo que representa un asesino – haya matado a uno o a diez, haya robado un bebé- para la inmensa mayoría de la so­ciedad. Ahora, como trabajadores y lucha­dores identificados con los derechos hu­manos sabemos que nuestra aspiración máxima es la justicia. Si Argentina tiene este plexo normativo en el que dice que a los 70 años el juez puede entregar la pri­sión domiciliaria, no es un tema de impu­nidad: es un cambio de lugar de cumpli­miento de la sentencia. Eso también hay que dejar claro: no es una amnistía o un “ya está, terminaste”. No. Te cambian el lugar de prisión y ahí tiene, la policía o quien corresponda, que velar para que la justicia se cumpla. Ahora, si la ley es taxa­tiva y dice: “a los 70 años, en situación de enfermedad y que no revista un peligro para la sociedad, el hombre es pasible de…”. Como organismo de derechos hu­manos, si eso es la ley, tenemos que ser los primeros en respetarla y no opinar desde lo político. Porque si no nos vamos a con­vertir en lo mismo que juzgamos. Acomo­damos la justicia según nuestra opinión. Y ese es mi límite.

¿El caso Etchecolatz es un límite?

Ahí entra a jugar lo que representa. Nadie puede desconocer en este concierto lo que representa Etchecolatz para la sociedad, o Videla en su momento. Nadie lo puede desconocer. Pero ahí había otro límite. Lo que sí vimos es dónde se sostuvieron los jueces y pedimos en la causa que se revise la decisión. Pero no podemos apelar por­que no estamos habilitados. La ley no lo permite. La ley te dice que una prisión do­miciliaria la pide el detenido al juez que lo condena; y el único que puede apelar es el fiscal: la querella no.

Las posturas garantistas, el debido proceso y a la presunción de inocencia no están en cuestión. Son condenas firmes los casos de Etchecolatz, de Weber, de Menéndez …

Esos son los conocidos.

Y hay muchos desconocidos que preferiría saber quiénes son porque me los puedo en­contrar en la panadería.

Para el familiar es el mundo, porque fue torturado. Para José Pérez, que nadie lo co­noce, ese es el mundo.

¿Un mundo en el que Hitler puede ser tu vecino?

Ya que tocás el tema de los nazis: Priebke fue un asesino de las fosas en Italia, un capo SS, el tipo es responsable de haber matado 800 judíos. Vivió toda su vida co­mo un gran hombre, fundador de escue­las, en Bariloche. Se lo detecta y se lo de­tiene en el 95. En el 96 logamos que se extradite. Llegó a Italia y murió en su ca­sa, porque la ley le daba la domiciliaria. O sea, no es el primer caso. Hay que separar lo emocional de lo real. Y también creo que hay que desprejuiciar a la sociedad en esto de la impunidad. Porque ¿cuál fue el proceso histórico en estos últimos tres años de las domiciliarias? Hoy tenés da­das 465 domiciliarias a fecha de hoy. 441 se dieron hasta antes del 10 de diciembre. Con toda la oposición que yo puedo tener al gobierno anterior, nadie le va a decir “estuviste trabajando por la impunidad de los militares”. Nadie se lo permitiría. Entonces hay que empezar a desprejui­ciarse. Si hablamos de derechos humanos lo mejor que nos puede pasar como socie­dad es someternos a Derecho todos y cumplir la ley. Abramos la cabeza.

En el sentido de “desprejuiciar”, nosotros también le hicimos las preguntas que tenía­mos que hacerle a la anterior gestión. Una que se repite hoy, a 10 años de la segunda desaparición de Julio López. ¿Qué está ha­ciendo el Estado para encontrarlo?

Te doy una primicia: hoy me siento con el ministro de Justicia para proponerle cons­tituirnos como querellantes. Porque esa es una desaparición en democracia.

Otro de los temas que hablan de rupturas y continuidades con políticas anteriores: la búsqueda de los nietos, ¿qué recursos es­tán destinados hoy?

Lo primero que hice cuando asumí: ratifi­qué a Claudia Carlotto al frente de la Cona­di. Y ratifiqué a Claudia Naftal en el Sitio. Abuelas permanentemente recibía subsi­dios y apoyo; lo que nosotros hicimos fue transparentarlo en un convenio y no que queden acuerdos de un funcionario de tur­no con Estela. Hay que decir la verdad: Es­tela liquidaba hasta el último papelito del gasto, no hay nada que la enturbie ni nada por el estilo. Pero tener un convenio, al Es­tado lo tranquiliza.

Panamá y después

Una consulta sobre su situación pa­trimonial: la sociedad en Panamá. Usted dio una explicación que luego fue desmentida. ¿Cuál es su versión final?

Hubieron dos mails de B’nai B’rith inter­nacional a Página 12 y ellos tomaron el pri­mero y no el segundo, que era el completo. No aparezco en los Panamá Papers.

Aparece en el registro público de Panamá…

¿Por qué aparezco en el registro? Porque viví en Panamá. No era una cuenta offsho­re. ¿Por qué tenía una empresa? Porque yo era el director de B’nai B’rith en Argenti­na. Para que entiendan me tomo un minu­to: la B’nai B’rith internacional se organi­za en distritos. Un distrito es Chile, Argentina, Uruguay Paraguay. Otro es Brasil. Y otro es el Caribe. Yo era director del Caribe, que abarca México, Venezuela, Guatemala, Curacao y Panamá. Los presi­dentes de esos distritos se eligen cada dos años y van rotando. Legalmente, lo que es­tá inscripta es la B’nai B’rith local, no el distrito. Es como si fuese una franquicia que le da la marca internacional. Ahora, yo estaba en Venezuela dirigiendo. Para que pueda vivir en Panamá había tres formas, que son las que se siguen manteniendo hasta hoy: o sos inversionista y yo no tenía un mango para hacerlo; o tenés un contra­to, que el distrito no me lo podía dar por­que no estaba legalmente registrado; y otra es tener una empresa. El presidente electo decide que lo mejor era armar una empresa, a tal punto que se pone como se­cretario general. Y eso fue lo que me per­mitió tener un contrato de alquiler, abrir una cuenta bancaria para cobrar el sueldo, comprarme el auto y cuando me fui, me fui. Esa es la verdad de la historia.

Por último ¿sobre los dichos del Presidente sobre la dictadura tiene algo que decir?

Lo que sí puedo garantizar es que el Presi­dente cuando dijo “esto no voy a debatir­lo” tiene que ver con lo que estoy plan­teando: no es un tema de debate, muchachos. Lo mismo cuando habló de la “guerra sucia”: está claro que estaba ha­blando del sistema que instaló la dictadu­ra. Y en esa dirección estamos trabajando. Y una cosa más: el hecho de estar en el mismo espacio político no es garantía para que avalemos todo lo que cualquiera diga. Lamentablemente, en el gobierno anterior nadie cuestionaba. Yo salí a cuestionar al intendente de General Alvear, en pleno romance con Urtubey me metí en Salta con el quilombo, con Lopérfido me metí yo. Que seamos del mismo espacio es bueno para festejar una elección. Voto un pro­yecto común, pero desde mí no te va a dar para que te acompañe en todo.

24 de marzo: el día en que el mundo es un pañuelo

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Una multitud desbordó Plaza de Mayo para reafirmar Nunca Más y convertir en histórica una marcha donde los protagonistas fueron las niñas y niños que sus padres llevaron a upa, a babucha y de la mano, con carteles, pañuelos y una decisión: enseñarles así qué es la democracia.

Elena lleva su pañuelo blanco en la cabeza, como siempre. Pero Elena no es una sub-100 o sub-90, como las Madres y Abuelas. Tiene 5 años, y su pañuelo exhibe cuatro flores bordadas, una por cada 24 de marzo que ha marchado a Plaza de Mayo. Francisco, el padre treintañero, la lleva sobre los hombros y dice: “Estar aquí es parte de la educación de la nena”. Nos rodea una multitud, el estruendo de bombos y altoparlantes, el aroma a hamburguesas. Elena sonríe, saluda a la gente. Francisco agrega algo que nunca escuché en años de venir a la Plaza, no sé cuántos (eso pasa por no tener pañuelos con flores bordadas). “Vengo con mis hijos porque esto es un acto de la familia, por eso vas a ver miles de personas con sus chiquitos”.

Detrás hay un poster con fotos de Roberto Santoro, Gustavo Cortiñas, Carlos Mugica y Victoria Walsh, hecho por La Poderosa. Francisco alza a Juliana, su otra hija, que tiene dos flores bordadas en el pañuelo.

La Pirámide de Mayo, con su imagen de la Libertad en la punta, está tapada con lonas porque parece que la están refaccionando. Por ahora es un monumento amorfo, azul y enigmático.

En este lugar y sus alrededores, hace 41 años sólo había militares y policías armados, y la desgracia asumiendo el control del país. Hace casi 40 años, el 30 de abril de 1977, había 14 mujeres.

Esas mujeres tuvieron el grado suficiente de coraje, desesperación, o amor –o todo eso junto- como para plantarse frente a los balcones rosados a reclamar por sus hijos desaparecidos.

La que convocó aquel encuentro de 1977 fue Azucena Villaflor de De Vincenti. Tiempo después fue secuestrada y desaparecida junto a otras dos madres: Esther Careaga y Mary de Bianco, y otro grupo de personas en la Iglesia de la Santa Cruz. Fueron víctimas de los valerosos integrantes de la ESMA, y engañadas por Alfredo Astiz, que se hacía pasar como hermano de un desaparecido. Las cenizas de Azucena están bajo una placa junto a la Pirámide tapada de lonas azules, que en este extraño 2017 está rodeada por Elena, Juliana, Francisco y cientos de miles de personas convocadas por ideas de las que dependen demasiadas cosas: memoria, verdad y justicia.

Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri

Salió Viva

Desde Congreso a Plaza de Mayo las paredes mostraban afiches con una propuesta económica y cultural: “No compre Clarín”. Los trabajadores de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR), la imprenta del diario, tomaron la planta en enero para evitar casi 380 despidos, y acaban de publicar su propia versión de Viva -la revista dominical del diario- en la que explican cómo los despidos masivos se dan en medio de ganancias multimillonarias de la empresa.

Los trabajadores instalaron tres carpas a lo largo de la marcha, vendiendo cada ejemplar de su revista a 50 pesos como aporte al fondo de huelga. Carpa del Congreso, al mediodía: “Ya vendimos como 300”, relatan con sonrisas cautelosas. Dato: “Clarín está imprimiendo sus revistas afuera, incluso en Chile. Lo que buscan es romper la resistencia para precarizar a los trabajadores”.

La multitud se movía lentamente desde Congreso hasta Plaza de Mayo, incluyendo las calles adyacentes y las dos diagonales. Se veían signos de anteriores movilizaciones: convocatorias a la marcha docente, la de la CGT, o pintadas como “macho = facho”.

Lelia con rulos canosos: “Marcho porque no hay que olvidar, y siento que este gobierno está mandando para atrás cosas que se han conseguido”. Hubo diferentes convocatorias para el acto, de organismos de derechos humanos, partidos, sindicatos y miles y miles de organizaciones sociales de todo tipo. Lelia: “Todo es muy válido, pero yo vine por mi cuenta”.

Desde el escenario principal se leían cataratas de adhesiones, se exigía a los gritos que un grupo no arrojara bengalas, se avisaba por chiquitos perdidos, se reclamó una y otra vez contra la arbitraria detención de Milagro Sala en Jujuy, y se pudo escuchar algo que acaso sea un himno: Los Dinosaurios, de Charly García. Había muchas organizaciones con las banderas altas para que se vieran desde el palco y las cámaras, como suele suceder.

Subió al escenario un ex combatiente, quien aclaró que la única guerra que libraron los militares fue la de Malvinas, con los vergonzosos resultados conocidos. Recordó a figuras como Alfredo Astiz y Jorge Acosta  (a) El Tigre, que fueron encarnizados secuestradores de mujeres y hombres y niños indefensos en su propio país, en lo que no fue una guerra sino un genocidio. Pero esos mismos militares se rindieron con alto grado de velocidad y eficiencia durante Malvinas.

En la carpa de AGR de Plaza de Mayo pasan otro dato, con un pulgar arriba: “Hasta ahora, vendimos más de 1.000”.

Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri

Manzanas y flequillos

Un poco más allá, dos jóvenes, Andrea y Eliana comen manzanas. Andrea: “Yo vengo siempre. Para mí es una sola convocatoria. No es una cuestión de qué bandera llevás”.

Algunos funcionarios argentinos han puesto en duda la cantidad de desaparecidos, en algo que se ha dado en llamar negacionismo. Eliana: “Yo lo llamaría pelotudez atómica. Es como en Europa, donde los neonazis quieren desmentir el genocidio judío. Es como justificar lo injustificable”.

Sobre las internas y trifulcas en el movimiento de derechos humanos, dice Andrea: “No cambia mi idea de venir a la marcha. Me da una pena tremenda que haya peleas internas que además se hacen públicas, pero bueno”. Eliana: “Estamos en democracia, la internas son válidas. Tampoco vas a estar con quien no querés estar”.

Eduardo, arquitecto, agrega: “Pero si Bonafini piensa que Carlotto es una traidora, y se le ocurre decirlo justo el día antes de una movilización tan importante, ¿qué hace? ¿Suma o resta? ¿A quién le sirve? ¿Y qué hay que hacer? ¿Empezar a preguntarle por Sueños Compartidos?”. Maggie, su mujer, también arquitecta: “¿Por qué vine? Porque aquí hubo un genocidio de Estado programado y planificado con muerte, exilio, desapariciones, terrorismo. Y nos conmueve esto. Y estamos felices por la masividad de esta marcha”.

Sobre Avenida de Mayo una mujer ve pasar la columna de Madres Línea Fundadora y no puede dejar de llorar. Se llama Leticia: “Veo a esas mujeres que iniciaron todo esto, y es muy fuerte. Es una emoción absoluta. Esto va a seguir sin parar, es una herida que no cierra”. A su lado Fernando propone: “Hay que estar en la calle, y juntos. Más en esta época”.

Micaela llegó con su flequillo violeta y un cartel en el que se lee “Son 30.000” de un lado y “Nunca más” del otro, con la letra A mayúscula rodeada con un círculo: el símbolo anarquista. Pero Micaela usa otra palabra, como acostumbra Osvaldo Bayer: “Soy libertaria y apartidaria. Vengo porque las plazas hay que llenarlas más allá de las diferencias partidarias que tengamos. Lo que digo es que somos todos lo mismo, hay que pelear por la justicia, y por la sangre derramada que hay en este piso. Hubo mucha gente que dio su vida para que tengamos el poder de la palabra. Lo que apoyo es que tengamos todos los mismos derechos, creo que hay que repartir lo que tenemos, disfrutar todos de lo mismo, de los derechos básicos. No hablo de asistencialismo, sino de avanzar hacia una sociedad mejor que ésta”.

Soledad y Santiago llegaron con su bebé de 6 meses, Vicente, que observa muy atento todo lo que se mueve alrededor. Les cuento de la pequeña Elena y su pañuelo bordado. ¿Estarán naciendo las niñas y niños de Plaza de Mayo? Soledad: “Sería buenísimo. Yo vengo siempre. Pero ahora además tengo que educar a mi hijo. La educación en serio es desde la cuna. Hoy Vicente es chiquito pero me gusta que nos acompañe. Porque eso también significa que nos estamos comprometiendo nosotros. No como militantes ni nada especial: como personas comunes y corrientes”.

Nada es común ni corriente. Mamá Sol nació el día que terminó la guerra de Malvinas. Su pareja, Santiago: “Venimos a acompañar. Pero no como ovejas, sino como parte de un colectivo. Y el colectivo no es un partido: somos todos los que estamos acá”. Pasa alguien con una pancarta escrita a mano: “Macri = Martínez de Hoz”.

Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri

El tren

Mariana tiene 36 años y una señorita llamada Frida en brazos, de 3 meses: “La traje porque está bueno que desde chica ella sea también parte de nuestra historia. Van a ser la nueva generación”.

Volviendo por 9 de Julio, en otra carpa de  AGR informan: “Acá, más de 3.000”. Así en cada puesto, y todavía faltaba un buen rato para el cierre de la jornada.

Una columna lleva la bandera de los Trabajadores Migrantes, pero en realidad no es una columna sino que hacen un trencito bailando bolivianas, colombianas, brasileñas, chilenas, peruanas, paraguayas. Cartel: “Migrar no es delito, discriminar sí”. Y un canto: “Olé olá, soy inmigrante, no criminal, y tu decreto lo vamos a derogar”.

Explica el boliviano Juan Vázquez: “El decreto de necesidad y urgencia número 70 de Macri precarizó la situación de los migrantes. Por eso estamos preparando un Paro Migrante para el 30 de marzo, cuando se recuerdan 11 años de la muerte de 6 personas en un incendio de un taller textil”.

Para Juan hay también una cuestión de memoria: “Estamos recordando que durante la dictadura argentina desaparecieron 9 colombianos, 42 bolivianos y 15 paraguayos, por lo menos. También nosotros hemos participado en ese proceso de búsqueda de la transformación social”. El Paro Migrante incluirá industria textil, ladrilleros, y producción frutihortícola que tiene amplio porcentaje de participación familias migrantes. “El nuestro es un tema de derechos humanos, te pueden deportar en 5 días armándote una causa de la cual ni siquiera fuiste informado. Destrozan vínculos familiares y persiguen a quienes intentan procesos organizativos para defendernos”.

Sigue el trencito y la gente, las familias y las organizaciones empiezan la retirada.

El gran escenario no fue el que se armó cerca de la Pirámide. El gran escenario fue la calle.

El mundo es un lugar crecientemente indefinido e incierto, pero en días como hoy -24 de marzo de 2017- si se escucha y se intenta comprender, algo parece real: el mundo es un pañuelo.

Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri
Fotos: Nacho Yuchark y Lina Etchesuri

#NoMásPeriodistasMuertos: el grito urgente de México

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Miro Brezh Valducea es una de las tres periodistas asesinadas en lo que va de marzo en México. Su nombres se suma a la trágica lista de 122 profesionales de la comunicación masacrados desde que se desató la llamada “guerra contra el narcotráfico”, que ya sembró en ese país 200 mil muertos y más de 30 mil desaparecidos. A través de las redes sociales, sus colegas convocaron a una acción en la capital para denunciar esta situación y gritar basta. Esta nota, realizada íntegramente con información de la valiente revista mexicana Proceso, resume la situación de la prensa en ese país, traza un perfil de Miro y clama solidaridad internacional para exigir el fin de esta masacre.

Foto: Hugo Cruz, revista Proceso

Miroslava Breach Valducea dejó dicho que si llegaba a morir no quería ser velada. Deseaba ser depositada en una cripta, con sus dos hijos y su familia más cercana como únicos testigos, y evitar el escándalo y a los políticos con sus discursos. La periodista tenía 54 años, pero la idea de que podían asesinarla no le era lejana.

Las amenazas de muerte que la tenían inquieta se cumplieron el jueves 23 a las 7 de la mañana, mientras a bordo de su camioneta esperaba a que su hijo de 14 años saliera de casa para llevarlo a la escuela. Hombres armados se acercaron. Su cuerpo recibió ocho tiros. En el lugar quedó una cartulina: “Por lengüona”.

La noticia no fue una más en un estado donde la violencia se hizo costumbre; en un país como México, donde se calcula en 200 mil el número de personas asesinadas desde el inicio de la llamada “guerra” contra el narco, entre ellas más de cien periodistas. La noticia corrió en redes sociales. Un portal de noticias local tituló así: “Asesinan a una periodista crítica”.

En conversaciones íntimas con sus compañeros y compañeras de batalla, Miroslava Breach –Miros, como le decían de cariño sus amigos– se decía consciente de que el oficio periodístico crítico conlleva riesgos inmensos, sobre todo en una entidad como Chihuahua, donde la oleada de violencia de los últimos años mantiene en la zozobra a periodistas, a campesinos e indígenas que defienden sus tierras y a defensores de derechos humanos… a los chihuahuenses en general. Y aun cuando confesó que temía por su vida, los animó: “No hay que detenernos”.

En el periodismo de Chihuahua y en todo el norte del país, Breach Valducea era considerada una institución: comenzó su labor como reportera hace más de 30 años. En los últimos 20 años colaboró en el diario de circulación nacional La Jornada, 15 años de éstos como corresponsal.

Trabajó al mismo tiempo en los medios locales El Heraldo y El Diario, así como en la agencia El Norte de Ciudad Juárez, y fundó la agencia de noticias MIR. Escribía la columna política “Don Mirone” en Norte Digital de Ciudad Juárez.

Inquisitiva. Crítica. Comprometida. Sensible. Nunca perdió la capacidad de indignación ante las injusticias, aunque éstas se volvieron cada vez más frecuentes en la entidad que desde muchos años se ha mantenido en los primeros lugares en violencia a nivel nacional, con más de 30 mil asesinatos en los últimos 10 años.

Tapa de la revista mexicana Proceso de esta semana.

#NoMásPeriodistasMuertos

Por más de 20 años Miroslava Breach, reportera de 54 años, corresponsal de La Jornada en Chihuahua no guardó silencio: trabajó, investigó, reporteó. Hoy está muerta: el terror que “hace que las familias callen y se resignen a enterrar a sus muertos” –ese del que escribió el 6 de agosto pasado– la alcanzó y la tarde de este sábado periodistas, ciudadanos, activistas y académicos se reunieron en el Ángel de la Independencia para clamar justicia por su muerte.

Luego de una convocatoria difundida en redes sociales con el hashtag #NoMásPeriodistasAsesinados, decenas de personas se reunieron el 25 de marzo para exigir justicia y el esclarecimiento del asesinato de la reportera de La Jornada.

Los últimos reportes señalan que Miros –como era conocida en la redacción del diario– había recibido amenazas anónimas luego de la publicación de un texto sobre el desplazamiento de familias de la Sierra Tarahumara a causa del crimen organizado.

Por eso, en el Distrito Federal, la capital mexicana, entre coros de “¡Justicia, justicia!”, “No más balas” y “Prensa libre”, inició al movimiento. Pasadas las cuatro de la tarde, el contingente de periodistas avanzó por el carril lateral izquierdo de Paseo de la Reforma hacia la Procuraduría General de la República.

“Normalmente en las protestas que organizamos cada vez que matan a un periodista hemos tenido poco respaldo de la sociedad. Si la sociedad quiere enterarse de lo que está ocurriendo, quiere saber cuáles son las amenazas que penden sobre ella, tiene que comprometerse con sus periodistas de la misma forma en que los periodistas tenemos que comprometernos con nuestra sociedad”, lamentó Témoris Grecko, reportero independiente y colaborador de la revista Proceso.

Durante el recorrido los motivos de la marcha fueron claros: Judith Calderón Gómez, reportera de La Jornada y secretaria general del Sindicato Independiente de Trabajadores de ese diario, aseguró que la movilización responde al interés de “lo que está pasando desde hace tiempo.

“Es demasiado, no se puede quedar esto callado. Miroslava dejó dos hijos, si haces recuento de los huérfanos y de la cantidad de periodistas que han sido atacados, es demasiado. La libertad de expresión es un derecho que tenemos los periodistas, pero además es un derecho que tiene la ciudadanía de estar informada. Pedimos justicia, investigación a fondo, castigo a los responsables y no más asesinatos”, dijo la también colaboradora de la casa de los derechos de periodistas.

Foto de La Jornada, que ilustra la columna que traza un perfil de su corresponsal y exige justicia,

Es tiempo de decir basta

Por su parte, la politóloga y académica Denise Dresser dijo que en México ser periodista entraña jugarse la vida, implica ser agredido en cualquier momento; significa estar en peligro de muerte. “Yo tengo hijos, el saber que Miroslava fue asesinada en frente de su hijo es algo que me tocó profundamente y debería tocar a cualquier mexicano porque en su caso la afrenta es doble: en este país te matan por ser periodista, y te matan también por ser mujer. Es tiempo de decir “¡basta!”, es tiempo de exigirle al gobierno que pare este ciclo de impunidad que permite que periodistas sean agredidos, asesinados y que los crímenes queden impunes”, acusó.

En la marcha, periodistas entrevistaban a periodistas; periodistas hablaban de periodistas.

“La gente se pregunta: ¿y esos quiénes son? somos periodistas exigiendo solución”, coreaban los manifestantes.

En las pancartas se leía: “Prensa viva libre”. Incluso fotografías de una Miroslava, sonriente, tranquila, junto a las palabras repetidas de “Justicia” y “Fue el Estado” se levantaron. También los rostros de Rubén Espinosa –uno más de los cien periodistas mexicanos asesinados desde el año 2000–,  y de algunos de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, resaltaron.

Alrededor de las cinco de la tarde el contingente llegó a las inmediaciones de la Procuradoría. Afuera de las puertas cerradas, de los barrotes bien atrancados, se instalaron los reporteros.

Nuevamente Témoris Grecko tomó la palabra. Luego de pasar lista a Cecilio Pineda, Ricardo Monrui, Adrián Rodríguez, Moisés Sánchez, Regina Martínez –todos, parte de los 123 periodistas asesinados que ha contabilizado la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) desde el 2000–, precisó:

“En el 2016 asesinaron periodistas a un ritmo de uno por mes, en el mes de marzo del 2017 están matando periodistas a un ritmo de uno por semana. Lo que queremos es que el gobierno haga su trabajo. Los mecanismos que el gobierno federal y los gobiernos de los estados han implementado para proteger a los periodistas no funcionan.

“El mecanismo de protección a periodistas también es un problema. El periodista amenazado tiene que demostrar que está en riesgo y cuál es la mejor manera: que al periodista lo maten.

“Si la Fiscalía no puede o no quiere cumplir con su trabajo entonces que entregue sus recursos y su infraestructura para que se cree una fiscalía ciudadana, una fiscalía independiente que sí pueda y sí quiera hacer su trabajo”, sentenció.

Detrás, otros periodistas colocaban periódicos manchados de pintura roja entre los barrotes de la Procuradoría.

Luego de varias participaciones, Arturo Cano, reportero de La Jornada tocó un último tema: “Todos los periodistas que hemos trabajado en distintos estados de la República sabemos que los más expuestos a las agresiones tanto de la autoridad como del crimen organizado son nuestro colegas de los estados, aquellos que viven en los lugares más pequeños, que son bien conocidos por aquellas personas sobre las que reportan, sobre las que están informando. Ellos son los más expuestos porque también trabajan para medios que no se hacen cargo de su protección, que les pasan en caso extremo. De esta forma no se puede sobrevivir.

Por separado, Mardonio Carballo, reportero de temas indígenas y hablante de la lengua náhuatl, dijo que todo lo que ocurre en el interior del país es mucho más fuerte, más terrible, porque la colusión entre las autoridades y el crimen organizado es aguda. “Eso los hace mucho más susceptibles, además tampoco tienen derechos laborales básicos”.

En la marcha también participaron Balbina Flores Martínez, de Reporteros Sin Fronteras; Daniela Pastrana, de la Red de Periodistas de a Pie; Patricia y Alma Espinosa, hermanas de Rubén Espinosa; Felipe de la Cruz, padre de uno de los estudiantes desparecidos de Ayotzinapa; reporteros de La Jornada en la Ciudad de México; periodistas de Proceso, entre otros.

A las seis de la tarde y ante un cielo que amenazaba con lluvia, se dio por terminado el mitin. Minutos antes de las primeras gotas de cielo se dispersaron los participantes, se perdieron las voces.

Condena de la ONU

De acuerdo con la Federación Internacional de Periodistas (FIP), en 2016 México ocupó el tercer lugar por asesinatos a periodistas y profesionales de los medios de comunicación; tan sólo por encima se colocaron Irak y Afganistán.

Miroslava Breach Velducea, reportera del El Diario de ChihuahuaEl Heraldo de Chihuahua y portales digitales, cubría temas sobre violaciones a derechos humanos, luchas por la tierra de comunidades indígenas, derechos de la mujer y crimen organizado. Después de los disparos, de perder la vida al instante, su agresor dejó una nota: la habían matado “por lengüona”.

La ONU emitió un comunicado en el cual sostuvo: “su trabajo puede ser la clave del crimen”. Por ello, la oficina de Naciones Unidas en México ha solicitado que se considere esta cuestión en el marco de las investigaciones.

En un comunicado conjunto, ONU Mujeres y la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México han explicado que la labor de Breach era “sacar a la luz la situación de persecución, desalojos y lucha por la tierra de los pueblos indígenas de Chihuahua”, aunque recientemente también había informado acerca de la lucha de poder entre los cárteles de la droga y su vínculo con figuras políticas.

Las agencias han pedido que este crimen no quede impune y que se investigue “de forma exhaustiva”.

El asesinato de Breach tiene lugar cuatro días después de la muerte de Ricardo Monlui Cabrera, columnista del Diario de Xalapa, a quien mataron de un disparo en la cabeza este domingo cuando estaba desayunando en un restaurante del municipio de Yanga, en el estado de Veracruz.

Según las cifras que baraja la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México, con esta muerte suman ya 122 asesinatos de periodistas desde 2000. Chihuahua ocupa el tercer lugar en cuanto a número de asesinatos de periodistas en el país.


El caso que hizo historia

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La Corte Suprema de Justicia Tucumán resolvió por unanimidad dejar sin efecto la condena que pesaba sobre la joven que sufrió un aborto espontaneo en el hospital Avellaneda el 21 de abril de 2014. Cómo fue el camino desde ese día hasta su liberación, contado por la abogada Soledad Deza. Qué representa el caso y qué absolvió a Belén: “Tenemos un movimiento de mujeres imparable”.

El 13 de abril de 2016 Soledad Deza recibió una llamada. Una mujer a la que nunca conoció, le contaba que una chica estaba acusada de aborto y homicidio. Tres días después fue a la cárcel intentando dar con ella. No le permitieron entrar, necesitaba autorización de Belén y ella no la conocía. Le dio una tarjeta a la oficial que estaba de guardia y le pidió que se la entregue. Esa misma tarde la madre de Belén la llamó.

En el libro “Libertad para Belen. Grito Nacional”, Soledad Deza, su abogada, e integrante de Católicas por el Derecho a Decidir, relata su primer encuentro. Fue la mañana lluviosa y fría del 17 de abril y duró tres horas que parecieron fugaces. Soledad escribe: “Me cuenta que está presa desde hace más de dos años y que los médicos dijeron cosas horribles de ella el jueves pasado en el “juicio”. Que la acusaban de cosas que ella no había hecho. Vuelve a llorar: ‘¿Cómo van a pensar que yo hice algo así?’. Yo le agarro la mano y lloramos las dos. Le pregunto qué pruebas hay. Me mira sorprendida y me contesta que nunca vio su causa. Que nunca leyó un escrito de su expediente. Solo vio una vez a su abogada defensora de oficio y que la recuerda mal, le pedía que se haga cargo de lo que había hecho. Me cuenta que le pidió que se fuera”.

Antes que Deza, Belén había tenido tres abogados: Walter Frías Barrera, Abraham Musi -quien dejó su defensa unos días antes del juicio dado que la familia había juntado 7.500 de los 20.000 pesos de sus honorarios- y la defensora oficial Norma Bulacios. Cuando Soledad se fue del penal tras ese primer encuentro se llevó en el cuerpo dos preguntas “¿Qué pasa con la relación abogado-cliente? ¿En qué momento asumimos que los operadores del derecho pueden deshumanizarse y eso no está mal?

En primera persona

La madrugada del 21 de marzo de 2014 Belén llegó junto a su madre al Hospital de Clínicas Presidente Dr. Nicolás Avellaneda, en Tucumán con dolor de panza. En una entrevista relató detalladamente esa noche: “Me atendió la doctora de la guardia, me inyectó un calmante. No me revisó. De ahí me fui al baño. No tardé media hora como dicen. Fui y volví en 5 minutos. Me pusieron suero. Me acosté en una camilla. Tenía frío. Me dan una frazadita. A eso de las 6.30 me levanto. Creo que me hice pis, le dije a mi mamá. Estaba con sangre. Me llevan a la sala de parto. Me dice el doctor Martín que me quede tranquila, que estaba teniendo un aborto espontáneo”.

En su libro Soledad propone otra forma de contar el caso de Belén, en números. Algunos de ellos, reveladores: “Fue al baño unos minutos, 5 minutos dice una enfermera. Le llevó otros 5 minutos que sus médicos la acusen de haberse provocado un aborto. Solo 6 minutos después de que le hicieran el legrado ya estaba ‘aprehendida’ en la cama del hospital. Despertó con 5 policías que la custodiaban. 2 fueron las psicólogas que pidieron que esa custodia fuera –por lo menos- femenina. En solo unas 5 horas más estaba detenida por ‘aborto seguido de presunto homicidio’. 4 días después le dieron el alta y salió directamente presa al Penal Santa Ester. Llevando 5 días presa el fiscal le imputó un ‘homicidio agravado por el vínculo’, 1 día antes de que haya una autopsia. 1 mes es el tiempo que demoró la fiscalía en pedir un adn. 0 es el número de estudios genéticos que se hicieron para probar la acusación”.

El 19 de abril del 2016 fue condenada a ocho años de prisión por “homicidio agravado por el vínculo mediando circunstancias extraordinarias de atenuación” por los jueces Dante Julio José Ibáñez, Néstor Rafael Macoritto y Fabián Adolfo Fradejas de la Sala III de la Cámara Penal de Tucumán. Belén pasó dos años, cuatro meses y veintitrés días encerrada por un aborto espontáneo. Fueron en total ochocientos ochenta y un días hasta que recuperó su libertad, tras orden de la Corte Suprema de la provincia. Su abogada analiza: “Las pruebas de la inocencia de Belén estuvieron desde aquel 21 de marzo que a ella se le inicia la causa, yo no aporté ninguna prueba, lo único que hice es leer el expediente”.

Si las pruebas que la liberaron ya estaban, ¿qué la condenó? Deza es contundente: “La condena de Belén fue moral antes que jurídica” y sigue: “La cosmovisión moral de los anti derechos, la que asocia en el imaginario el aborto con un crimen en cualquier caso y lo digiere como un asesinato, como un homicidio, y por eso la mujer que aborta es una homicida, esa cosmovisión moral es la que llevó al fiscal a acusar sin pruebas, la que llevó a la defensa oficial a no defender a su cliente y la que finalmente llevó a la Cámara a condenar. Los anti derechos hablaron a través de los operadores de la salud, de la policía metida en un hospital público recabando pruebas y del poder judicial armando una causa que fue más producto de una condena moral que de la recolección legal de pruebas para justificar una condena”.

Las que menos tienen

Belén tenía 25 años cuando llegó al hospital, vivía con sus padres y era la única de sus hermanos que había terminado el secundario. Su caso grafica a qué mujeres la justicia criminaliza. “Es un punto de partida de mucha desigualdad en el que se para ella frente a los operadores de la salud que la maltratan, frente a la policía que la criminaliza y frente al poder judicial que abusa de su poder. Es un punto de partida sumamente desaventajado el de Belén y eso creo que es uno de los sesgo más violentos de la justicia patriarcal, que se ensaña en estos casos con los sectores más vulnerables”.

Maria Galindo, feminista boliviana y una de las fundadoras de Mujeres Creando, en su libro “¡A despatriarcar!” define: “Cuando hablamos de patriarcado, estamos hablando de la base donde se sustentan todas las opresiones, es un conjunto complejo de jerarquías sociales expresadas en relaciones económicas, culturales, religiosas, militares, simbólicas cotidianas e históricas” El entramado completo de esas relaciones cayó con violencia sobre el cuerpo de Belén.

Soledad enumera: “Hablando solo del poder judicial: hay un fiscal que debería haber archivado la denuncia hecha por los médicos porque esa denuncia era nula, no solo no archivó sino que lleva adelante una investigación y finalmente fue quien pide su detención, pide su prisión preventiva y eleva el juicio por homicidio agravado por el vínculo. Después tenemos una jueza mujer que es la que hace lugar a la prisión preventiva sin que el encarcelamiento preventivo de Belén reúna los estándares internacionales. Luego tenemos una defensa oficial que es funcional a la acusación. Finalmente tenemos una Cámara que la condena sin fundamentos y en base a prejuicios según los reconoce, también, el dictamen del ministro fiscal”.

Edmundo Jesús Jiménez, Ministro Fiscal de Tucumán, mediante dictamen consideró que el fallo que condenó a Belén a ocho años por “homicidio agravado por el vínculo” es “arbitrario y por ende, nulo”.

Soledad sigue: “Tenes cuatro áreas distintas del poder judicial que, cada una desde sus lugares, revictimizaron a una mujer que venía torturada del sector de la salud. Belén sufrió violencia obstétrica pero además sufrió tortura. Se la sometió a interrogatorios incriminatorios, se le hizo entrar policía a la sala de parto, estuvo detenida cuando estuvo internada con custodia policial en una sala de partos comunitarias. Una mujer víctima de violencia en la salud es revictimizada desde el poder judicial, desde todos sus espacios de poder”

Dar vuelta la historia

Para revertir la condena de Belén, Soledad presentó el 13 de mayo un Recurso de Casación, herramienta por la cual se pide a la Corte que revise la sentencia. En la segunda parte de su libro Deza presenta extractos de los argumentos para que sirvan como herramienta en el futuro. El jueves 18 de agosto de 2016 tras orden de la Corte Suprema de Tucumán Belén recuperó su libertad. Soledad explica: “lo que hizo la Corte al reconocerle la libertad fue decir: discúlpenme señoras y señores judiciales pero nunca estuvieron dadas las condiciones para que Belén este encarcelada preventivamente, denle inmediatamente la libertad. Lo que hizo es adecuar la situación de Belén a los estándares nacionales e internacionales de privación de la libertad”. Continúa: “Hasta acá analizó de forma ajustada con los derechos humanos el proceso en el cual a Belén se la privó preventivamente de su libertad y dijo: no fue ajustado a derecho porque no estaban dados los requisitos de peligro de fuga ni de peligro de entorpecer la investigación”. Desde ese día la Corte Suprema de Tucumán tenía 90 días hábiles para librar, o no, de culpa y cargo a Belén. Esos 90 días vencieron el viernes 2 de diciembre de 2016. La absolución finalmente llegó hoy 27 de marzo de 2017.

Deza analiza: “La demora en el poder judicial es un problema en todos los procesos, no solamente en el de Belén, lo que ocurre es que me parece que no advirtieron que el caso de Belén era un caso fuera de lo común. Es un caso en el que han puesto la mirada organismos internacionales, organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales, todo un movimiento de mujeres a lo largo y a lo ancho, incluso la opinión pública internacional y nacional. En ese sentido perdieron de vista que el derecho a obtener un pronunciamiento rápido forma parte, cuando una está procesada como está Belén, del derecho a la defensa constitucional. En este caso la demora profundiza aún más las violencias que ella sufrió de parte del poder judicial”.

Justicia social

Belén sacó masivamente a mujeres a las calles en el año en que el Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo busca, una vez más, ser ley. ¿Qué nos enseña su caso? “Una de las cosas: tenemos un movimiento de mujeres sumamente unido, muy potente y sobre todo veo mucho crecimiento. En parte la libertad de Belén fue tan masiva porque logramos que sectores que exceden al movimiento de mujeres se identifiquen con su problemática. Es hora de que construyamos alianzas que legitimen la demanda por la legalización del aborto por fuera exclusivamente del feminismo. Hay que ponernos creativas, quizás un poquito más atrevidas en nuestras demandas, dejar de resistir y empezar a conquistar porque son muchos los avances que uno ve en esta época de parte de los anti derechos. Tenemos un movimiento de mujeres imparable, la forma de capitalizar eso es sincerarlo y animarnos a dar debates que usualmente no nos animamos a dar. Necesitamos, lamentablemente, aceptar que tenemos que convencer a otros sectores. Las alianzas que hemos construido hasta acá son fuertes, pero no alcanzan. Hay que mostrar cómo la prohibición del aborto es la violación de un derecho, como la criminalización del aborto es una violación de derechos humanos. Me parece que le da una fortaleza que va más allá de reclamar: mi cuerpo es mi decisión, no porque mi cuerpo es mi decisión sea insuficiente, sino porque necesitamos construir otras alianzas y tenemos que ser estratégicas”.

#FueraBarrick: respuestas y preguntas del nuevo derrame en Veladero

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Un nuevo derrame en Veladero que explota la canadiense Barrick Gold fue confirmado por las autoridades oficiales e inquieta a los vecinos de Jáchal, que piden el cierre definitivo de la mina. Es el cuarto conocido en menos de un año y medio, mientras los estudios previos hallaron metales en los ríos y las causas judiciales por su contaminación no avanzan. La Asamblea: “Es la última prueba que se necesita para demostrar que la megaminería es inviable porque es altamente contaminante e inmanejable”. 

Un año y medio después del derrame de más millón de litros de agua cianurada, Jáchal amaneció hoy con la noticia de otro derrame en la mina Veladero que explota la multinacional Barrick Gold. El boca a boca comenzó a correr luego que el subsecretario de Información Pública de la provincia, Osvaldo Lima, lo confirmara oficialmente en radio Blu. “Anoche (22 horas) la empresa notificó de un incidente. Aparentemente se habría desconectado un caño, no con solución cianurada sino con material rico”, fue la explicación que inquietó a los vecinos y las vecinas, que en el plazo de un año y medio han sufrido al menos cuatro derrames confirmados por parte de la empresa. El Gobierno informó que una delegación de la Policía Minera encabezada por el secretario de Gestión Ambiental y Control Minero, Eduardo Machuca, estaba haciendo tareas de inspección en el lugar.

Ya al mediodía el Ministerio de Minería de la Provincia confirmó el derrame a través de un comunicado: “El Ministerio de Minería de la Provincia comunica que el día martes 28 de marzo de 2017 aproximadamente a las 22,30 horas, la empresa Barrick informó que entre las 17,15 a 17,30 hs. se produjo en la mina Veladero el desacople de cañerías ubicadas sobre un canal de contención que transportan solución rica (conduce oro y plata). Este desacople ocasionó arrastre y acumulación de material  (ripio) contactado con solución rica que se depositó sobre un camino horizontal compactado. Asimismo, informa que al detectarse dicha situación se iniciaron trabajos para reparar la cañería y reingresar el material desde el dique de contención al Valle de Lixiviación”.

“Ya no te puedo decir que estamos sorprendidos: estamos acostumbrados”, dice a lavaca Nora Torres, integrante de la Asamblea Jáchal No se Toca. “Y ya sabemos que no podemos confiar en lo que nos dicen: la primera vez empezaron con miles de litros, y terminaron siendo un millón y tenía cianuro”.

El gobernador de San Juan, Sergio Uñac (FpV), habló con la prensa y dijo que “supuestamente no es algo grave” pero que iban a esperar el informe de la Policía Minera y del secretario Machuca para informar novedades. Sobre el derrame, sostuvo: “Aparentemente es solución rica de proceso”.  Agregó: “La empresa con seguridad va a ser multada pero por ahí nos vamos quedando cortos con las sanciones porque tenemos un parámetro hasta dónde podemos sancionar”. Además, sostuvo que la megaminería es una actividad generadora de “riqueza” y que emplea a mucha gente, pero advirtió: “También hay que entender que no podemos descuidar el medio ambiente en función de los eventos que se vienen produciendo”.

Sin embargo, pese a la “riqueza” valorada por el gobernador, según el informe de la Dirección de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicado este martes por el INDEC, el Gran San Juan es el tercer anglomerado con mayor cantidad de pobres de la Argentina: el 43 por ciento está por debajo de la línea de pobreza, mientras que casi el 6 por ciento es indigente.

De todos modos, Uñac  afirmó que iba a ser “implacable” en el cuidado del medio ambiente. Miriam Corso, de la Asamblea lo interpreta: “Lo lamentable es que no inviten a las organizaciones ni a nadie de Jáchal para ver las inspecciones que hacen. Nosotros somos el pueblo más afectado porque hay una corriente terrible desde Veladero a nuestro territorio. A todo esto, el intendente no aparece. El juez tampoco. Es muy triste que nuevamente estemos pasando nuevamente por esto”.

Agua no potable y represiones

La preocupación de la Asamblea tiene raíces en los derrames que han sufrido en el plazo de tan sólo 18 meses y que tienen comprobaciones científicas: las investigaciones de la Universidad de Cuyo detectaron en diversas localidades niveles de mercurio y otros metales por encima del Código Alimentario Argentino. “El río Jáchal está re mal, el agua no sirve para bebida de ganado ni para irrigación. Se van incrementando los elementos tóxicos. El aluminio y el manganeso están por encima de lo admisible”, había dicho a lavaca Saúl Zeballos cuando se conocieron los informes. De todos modos, pese a los informes, la Justicia y el Gobierno avalaron el reinicio de las tareas en Veladero luego de su clausura preventiva.

Los vecinos bloquearon en diciembre la entrada de la mina en protesta por la decisión judicial y gubernamental, pero el juez Pablo Oritja –el mismo que instruye la causa que debe investigar a Barrick Gold- emitió una orden desalojo que el secretario de Seguridad provincial, Gustavo Fariña, transformó en una violenta represión cristalizada en detenciones a 28 jóvenes y 2 niños transportados hacinados en camionetas durante 200 kilómetros. Además, los incomunicaron durante 10 horas.

Los perros de Barrick: jueces, funcionarios y policías contra Jáchal

Ese es el contexto bajo el cual Jáchal se enteró hoy de un nuevo derrame.

“Derrame comunicacional”

Según la empresa, el derrame se produjo cerca de las 22, horas después de que el gerente general de Veladero, Jorge Palmés, dijera en el programa de televisión Paren las rotativas que el derrame del año pasado había sido sólo “un derrame comunicacional”.

Dijo Palmés: “Hubo dos incidentes y el único incidente ambiental importante, que sí fue un derrame, no tuvo consecuencias ambientales y fue el de 2015. Lo del año pasado, en cambio, fue una cosa muy menor que se manejó muy mal internamente por la empresa”.

En tanto, Lima dijo a radio Blu que las delegaciones provinciales de Minería no salieron a inspeccionar qué había ocurrido durante la noche a causa del temporal en la Provincia, sino que partieron “primera hora” de este miércoles. Señaló que eran encabezadas por el secretario de Gestión Ambiental y Control Minero, Eduardo Machuca. “Además de eso hemos pedido, y estamos chequeando, la información que brindan las cámaras de seguridad en el momento preciso en que ocurrió el incidente, de qué características fue y obviamente la serie de trabajos que se han hecho para remediar esa situación”.

Según lo comunicado por la Asamblea, la cámara de monitoreo correspondiente al lugar del derrame (Río Potrerillos) no funciona desde que se conoció la noticia. En cambio subieron a su página de Facebook un video que muestra el movimiento de máquinas a través de otra de las cámaras: “Las imágenes que pudimos recopilar y que ponemos a disposición muestran el trabajo de máquinas en lo que suponemos son labores de emergencia producto de este nuevo desastre”.

El video

Qué es el “agua rica”

¿Qué quiere decir “material rico”? Explica Domingo Jofre, periodista de Radio Nacional de Jáchal e integrante de la Asamblea: “El proceso de lixiviación consiste en triturar roca, regarla con agua cianurada, separar los materiales y luego extraer la solución rica: es ni más ni menos que el cianuro con el agua que desprendió todos los minerales pesados. Eso va por una cañería a una planta de procesamiento donde se separan todos los materiales para darles sus destinos: los minerales son separados y al cianuro lo reutilizan. Tengamos en cuenta algo: el cianuro no sólo desprende el oro, sino toda la tabla periódica que tenga la roca”.

Marcelo Giraud, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Cuyo, dio otra explicación: “El “material rico” (creo que evitaron decir “solución rica”, término más común) es el que va de la pila de lixiviación a la planta de tratamiento, cargado con el mercurio, oro, cobre y plata disueltos por la solución cianurada con que se regó la pila. NO ES un “desecho” como se lee o escucha en algunos medios, sino justamente lo que se extrae de la roca triturada, para de allí obtener finalmente el oro y la plata”.

Para hacerlo más comprensible, Jofre sintetiza: “Mientras la solución cianurada es el agua con cianuro que viene de una planta y riega todo el valle de lixiviación, la solución rica es eso mismo pero con los minerales pesados desprendidos”. La explicación es importante ya que el funcionario Lima subrayó en la entrevista que el derrame no contenía cianuro. Jofre: “El funcionario está mintiendo: sí tiene cianuro. Y ese no es sólo el problema, sino todos los minerales pesados que desprende de la roca”.

La asamblea aún está esperando nueva información oficial. “Es el cuarto derrame producido de los que conocemos. Al del 2015 se le sumó el que ocurrió en septiembre del año pasado, cuando estábamos conmemorando el año del derrame. No tuvimos ninguna respuesta: sólo el procesamiento de 9 perejiles por parte del juez, pero nada más. Ni una multa. Sólo la promesa del gobernador de que la empresa no tenía más margen de error. Pero en enero ocurrió otro, no de solución cianurada sino de agua ácida producto de un túnel que han hecho. Las autoridades no dijeron nada, sólo que habían ordenado cerrar el túnel”.

El acabóse

La Asamblea Jáchal No se Toca emitió un comunicado en sus redes sociales.

  • “En la noche de ayer, y ante el rumor de nuevo derrame, consultamos el monitoreo de la mina Veladero, y llamativamente la cámara del Rio Potrerillos NO TRANSMITIA. Las imágenes que pudimos recopilar y que ponemos a disposición muestran el trabajo de máquinas en lo que suponemos son labores de emergencia producto de este nuevo desastre.
    Informan diarios locales que hay operarios internados, pero que a “simple vista” estarían “bien”. De más está decir que cuanto se trata de Barrick Gold el ocultamiento es sistemático y los medios hegemónicos sanjuaninos muy diligentes a la hora de exculpar a empresa y gobierno, por lo que nuestro descreimiento es absoluto.
    Instamos al pueblo de Jáchal y de Iglesia a autoconvocarse masivamente puesto que consideramos necesario el esclarecimiento y el CIERRE DEFINITIVO de la Mina Veladero. Hoy asamblea en la carpa a las 20 horas!! Sumate, cerra tu negocio, deja un cartel y sumate y exijamos unidos hoy más que nunca el cierre definitivo de la mina!”.

Jofre: “Ellos le llaman ´un nuevo incidente´, pero para nosotros es un derrame contaminante. Todavía no sabemos cantidades ni nada por el estilo. Los funcionarios dicen que gracias a las cámaras de seguridad que pusieron van a saber la hora, pero si ha vuelto a ocurrir quiere decir que los controles no funcionan y que las cámaras sólo sirven para saber en qué momento ya ocurrió. Esto es el acabóse, es el final: ni el Gobierno ni la empresa  tienen ninguna forma de defender la actividad. Es la última prueba que necesitaban para demostrar que la megaminería es inviable porque es altamente contaminante e inmanejable. Punto”.

#ParoMigrante: movilización contra la xenofobia y por el trabajo

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Más de treinta organizaciones migrantes saldrán a la calle este jueves en un hecho que consideran histórico. La concentración comienza a las 15 en Congreso y a las 18 marchan a Plaza de Mayo junto a las dos CTA y docentes. Denuncian que desde la asunción de Cambiemos se potenció la persecución a los migrantes. Exigen la derogación del DNU que legaliza la criminalización, cuestionado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Además, plantean un cambio de construcción de identidad: “No queremos caer en la victimización ni en la culturalización, sino plantarnos como trabajadores con participación en la economía argentina”. Los datos que derrumban los falsos mitos y los números que representan la importancia de la migración en Argentina.

“Lxs migrantes también paramos”, fue el título de la convocatoria que desde hace semanas comenzó a circular por redes sociales y medios de comunicación. Por primera vez decenas de organizaciones migrantes llamaron a un paro en rechazo a las “políticas antimigratorias” de la alianza Cambiemos, que se cristalizará este jueves desde las 15 horas frente a Congreso en un acto que luego confluirá con la huelga y movilización de las dos CTA y docentes a Plaza de Mayo. “Ante las políticas antimigratorias del macrismo, como la conformación del Centro de Detención del Migrante y el reciente Decreto de Necesidad y Urgencia que busca perseguirnos y expulsarnos del país, de la mano de una insistente estigmatización mediática, vemos que se nos señala como el chivo expiatorio en medio de una crisis económica que se viene agudizando día a día en la sociedad argentina: ajustes de presupuesto, aumento de la inflación, desempleo, tarifazos y despidos masivos”, sostienen desde su página de Facebook al son de un hashtag: #ParoMigrante.

La fecha no es azarosa: este jueves se cumplen 11 años del incendio en el taller clandestino de Caballito en el que murieron cinco niñas y niños de entre 4 y 15 años y una joven de 25 que estaba embarazada. “Fue la primera vez que se visibilizó el grado de precarización que hay dentro de esos talleres”, dice a lavaca Juan Vasquez, del colectivo boliviano Simbiosis Cultural. “Por lo simbólico de ese día también es que decidimos salir a la calle para visibilizarnos como sujetos trabajadores”.

El Paro está estructurado de la siguiente forma:

  • 15 hs: concentración.
  • 16 hs: acto con artistas migrantes.
  • 17 hs: lectura de documento.
  • 18 hs: marcha hacia Plaza de Mayo.

“Definitivamente es un hecho histórico, muy importante no sólo para la población migrante sino para la sociedad argentina y latinoamericana”, dice Thomas Valenzuela, del Movimiento 138 de Paraguay. “Es la primera vez que se convoca a un hecho de estas características desde un frente tan amplio. Más de 30 organizaciones migrantes nos hemos estado organizando de forma independiente en vista de que nuestros derechos están siendo arrebatados por este Gobierno y por los posicionamientos xenófobos de gran parte de la prensa hegemónica, por no decir toda”.

Abajo el DNU

Los derechos arrebatados de los que habla Valenzuela se pueden leer a partir de algunos datos. Las expulsiones de migrantes crecieron en 2016 un 70 por ciento en relación al 2015. Según la propia Dirección Nacional de Migraciones, en respuesta a un pedido de informes presentado por la Universidad Nacional de Lanus (UNLa), las cifras fueron:

  • 1760 expulsiones en 2014.
  • 1908 en 2015.
  • 3258 a septiembre de 2016.

Once organismos de derechos humanos presentaron en noviembre el informe Situación de los derechos humanos de las personas migrantes ante el Comité de la ONU que evalúa el cumplimiento de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (CERD), en el que advirtieron que “un modelo de control que incluye mecanismos de detención y expulsión está desplazando a las políticas que tenían como eje central la regularización migratoria”. El informe alerta sobre el cierre de programas de abordaje territorial que promovían y facilitaban el acceso a la documentación de lxs migrantes: en 2016 el programa dejó de existir y quedaron sólo los “operativos de control de permanencia”, intensificando las persecuciones.

Además, el 20 de marzo se realizó una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre los cambios introducidos a la Ley de Migraciones argentina por el DNU 70/2017. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) alertó que el decreto asocia la migración con la delincuencia y “restringe los derechos de las personas migrantes en vez de garantizarlos”. En esa audiencia, el representante del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (IARPIDI), Nengumbi Sukama, dijo que el DNU “habilita un racismo institucional que se manifiesta en tratos discriminatorios en los hospitales, las escuelas y sobre todo a través de la violencia policial”. Sukama ejemplificó con un caso: la policía desmayó a un migrante africano tras aplicarle una llave inmovilizadora. Luego, le iniciaron una causa por resistencia a la autoridad. Sukama explicó un dato clave: el migrante sólo vendía mercancía en la vía pública.

Por su parte, la representante de la Unión de Colectividades Inmigrantes de Córdoba y de la Red Nacional de Líderes Migrantes en Argentina, Marta Guerreño López, sostuvo que el decreto habilita “la cancelación de la residencia y la expulsión para delitos menores como la resistencia a la autoridad”, por lo que podría afectar la participación de migrantes en las protestas sociales.

Valenzuela retoma: “La xenofobia y ciertos posicionamientos sociales en detrimento a la migración existieron siempre. Pero hoy hay una realidad concreta: a partir de la asunción de Cambiemos se potenció enormemente la persecución y la represión a los migrantes. El DNU globaliza la población migrante como narco cuando menos del 6 por ciento de la población carcelaria total en cárceles federal es extranjera. A eso se agrega que de los 2 millones de migrantes que viven en Argentina, menos del 1 por ciento están presos por delitos vinculados a drogas. Por otra parte, el endurecimiento lo vemos en la burocratización en el acceso de la documentación. En la villa 31, por ejemplo, tuvimos durante los últimos años 2 casos por mes que tenían traba en el acceso. Desde Cambiemos, esa cifra se incrementó a 8 casos por mes. Es muy grande”.

Operativos sospechosos

Un operativo conjunto entre Ministerio de Trabajo, Dirección de Migraciones y AFIP se efectuó este miércoles en cuatro casas en una cuadra en Villa Celina, partido de La Matanza. Carga Barriga Montero, de la Asociación Yanapacuna, cuenta qué ocurrió: “A partir de las 9 de la mañana comenzó el allanamiento por una orden partida de una fiscalía que tiene que ver con delitos conexos y trata, es decir, por reducción a la servidumbre. No encontraron nada. Nosotros lo vinculamos directamente con Paro Migrante: Celina es un barrio de mucha colectividad boliviana, donde hay talleres que realmente explotan, pero ahí nunca llega la policía. ¿Justo a un día del paro se dan cuatro allanamientos en una sola cuadra? No lo vemos como una casualidad: los vecinos tienen que estar alertas y en contacto con organismos de derechos humanos y organizaciones migrantes, porque esto es una persecución y nos van a seguir criminalizando”.

Hacia un nuevo paradigma

Vasquez afirma que el DNU, además de la persecución y la represión a lxs migrantes, precariza aún más sus condiciones de trabajo. ¿Cómo se entiende ese enfoque? “La crisis económica que está causando esta política de Gobierno, que tiene que ver hacia quiénes apunta una redistribución de la riqueza cada vez más concentrada, necesita tener un chivo expiatorio. Y ese chivo, obviamente, somos los migrantes, los niños y también las personas que viven en la villa. Como parte de eso, para legitimar esos chivos, están los medios de comunicación: además de que ellos tienen esos pensamientos xenófobos, la criminalización se termina asentando a través de ellos. Luego, y ante esa postura del Gobierno, todas esas sensaciones de la sociedad rebrotan”.

Vasquez subraya entonces cuál es el cambio de eje en esta movilización: “En ese sentido, lo que nosotros no queríamos hacer era caer en la victimización, de que el eje del mal es que nos discriminan. No: esto tiene que ver con una crisis económica, con una crisis que estamos viviendo y  con visibilizar sobre quiénes termina recayendo esa crisis. Por eso la decisión de plantarnos como trabajadores y no solamente como víctimas de la xenofobia. Eso cambia el paradigma y construye otro sujeto. Ya sea de manera formal o no, tenemos una gran participación en la economía argentina, y desde ahí nos tenemos que hacer visibles para discutir estas políticas”.

Por esa razón Valenzuela entiende que, pese a que durante años han habido intentos por estructurar un frente migrante, nunca hubo tantos puntos en común como ahora respecto al eje político.

¿Cuáles son esos ejes? Los sintetiza en tres:

  • “Migrar es un derecho”.
  • “Derogación del DNU xenófobo 70/2017”.
  • “Reafirmarnos como trabajadoras y trabajadores migrantes. La consigna que manejamos es: ¿qué pasa si todas las personas migrantes paramos?”.

Vasquez aporta algunos datos que dan dimensión al fenómeno: “Aproximadamente el 85 por ciento del sector ladrillero son bolivianos. También el 90 por ciento del sector hortícola. A eso sumale entre el 80 y el 85 por ciento de las personas que cosen en el sector textil. Imaginate si los verduleros de toda la Capital decidieran parar o no abrir sus puertas: realmente estarían en una dificultad enorme. Lo mismo sucede con los peruanos, colombianos. Se quejan de La Salada: más allá de la informalidad, es un mercado que mueve 30 millones de pesos por día, pero eso no queda en el colectivo migrante sino que es parte de la economía argentina. Muchos de los que van a comprar, son argentinos”.

Construcción de identidad

Valenzuela no puede calcular cuál sera el impacto de la movilización: “Empezamos siendo 5 organizaciones y el lunes, en la última asamblea, fuimos más de 30. Lo veremos en la calle”.

Vasquez: “Esto tiene que ver con un proceso. No hay forma de ver esto como una serie de iluminados que se juntaron, sino de discusiones que se fueron dando en el germen de nuestras necesidades. Obviamente que al plantearnos como trabajadores empezamos a reconocer un valor: poner el cuerpo. Siempre, históricamente, se nos culturalizó, y por eso en el manifiesto decimos: nosotros somos los que te servimos el café, los que te sacamos la foto, los que te cosemos, los que te cuidan a los enfermos, pero también los que te bailamos. Y la verdad es que salir de eso es importante, pero cuesta: fueron muchos años donde las organizaciones migrantes plantearon solamente ese eje. Bueno, esto forma parte de construir otra forma de vernos”.

Foto: Lina Etchesuri

MUbis: Ni reina ni princesa

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Segunda entrega de las recomendaciones de películas, documentales y ensayos que hay que ver para entender esta época. Todos los jueves subimos a lavaca.org propuestas que abarcan más de un film según una temática. Hoy: Ni reina ni princesa. 

“Tres documentales al borde de la ficción con protagonistas mujeres que reflexionan sobre la belleza y el cuerpo en escena”.

Tres documentales que tienen protagonistas mujeres. Dos cortos casi antagónicos en su forma pero hermanados por la temática y por jugar al borde entre el documental y la ficción. Los dos son sobre reinas: la del chocolate y la de la manzana.

Un largo hipnótico sobre el ballet 40/90- sus miembros son mujeres de entre 41 y 91 años-, centrado e  la figura de la directora, Elsa Agras, personaje memorable que merecía una película a la altura de su genio.

La más bella niña, de Mariano Llinás (2004) 32 minutos. 

Un cortometraje documental mudo y en foto fija sobre la Fiesta de la Manzana en Río Negro no parece ser una oferta tentadora. Pero Mariano Llinás logra,  a través de intertítulos líricos y una melodía irresistible, hacer de un trabajo por encargo una obra de arte misteriosa y melancólica sobre un grupo de mujeres que, acatando el mandato que las obliga a ser bellas, quieren convertirse en reinas. 

La reina, de Manuel Abramovich (2013) 18 minutos. 

Este corto también podría llamarse La más bella niñaLa protagonista es mucho más joven que las que aspiran al trono en Río Negro, pero tiene igual destino. Un documental que asienta una posición ética en el uso del primer plano: apelando a la afección antes que al psicologismo, la cámara logra hacer del rostro femenino un territorio en disputa y, por lo tanto, en resistencia. Lopresión social y familiar sobre el cuerpo de la protagonista queda relegada a esa dimensión que el buen cine le suele otorgar a los monstruos: el fuera de campo.  

Link a la película 

Elsa y su ballet, de Dario Doria (2011) 

La más joven tiene 41 años y la más grande 81. Ninguna es ni fue bailarina profesional. Todas forman parte del Ballet 40/90. Así esas mujeresamas de casa, psicólogas, comerciantes, docentes- encuentran en el espacio escénico un lugar de liberación. Lejos de un mero proyecto terapéutico o amateur, el ballet está a cargo de Elsa Agras, bailarina y docente de 87. Con rigurosidad, obsesión, a veces crueldad- jamás subestimación- Elsa da todo de si por sacar lo mejor de cada una. 

A través de un registro observacionalDario Doria filma con destreza una serie de ensayos donde la potencia y gracia de Elsa -falleció dos años después- se despliega en toda su plenitud. Una artista de una vitalidad única que tiene así su merecido homenaje.

Link a la película

MUbis: Internet vs. Estado y corporaciones

Pando contra Barcelona: Cómo asesinar revistas

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La Sala D de la Cámara Civil de Apelaciones condenó a la revista Barcelona a pagar 110 mil quinientos pesos: 70 mil a la defensora de genocidas, Cecilia Pando y 40 mil quinientos a abogados y peritos. Colocó así a esta publicación al borde de la quiebra y a la libertad de expresión en un precipicio del cual esta extensa nota pretende rescatar. No es la primera vez que las demandas son utilizadas como forma de quebrar al periodismo independiente,  acorralándolo con juicios. Los procesos son, en sí mismos, una condena para estas publicaciones, sostenidas por periodistas autogestivos que deben recurrir a la buena voluntad de abogados para argumentar su defensa y que, además, deben destinar sus escasos recursos disponibles –tiempo, fundamentalmente, y dinero y stress- a sostener estas batallas que afectan a toda la prensa, ya que de quedar en firme la sentencia marcará un límite que afecta tanto a periodistas como a lectores. De qué podremos reírnos y de quien no.

“El poder no admite bromas”.

Máximo Sanjuán, humorista gráfico.

Las sentencias que pretenden marcar límites a la libertad de expresión tienen, desde el regreso de la democracia hasta hoy, una característica en común: sus afectados son publicaciones que no pertenecen a las corporaciones mediáticas. Esta sola peculiaridad debería alcanzar para reflexionar sobre el peligro que representa que los jueces dictaminen, en estos casos tan particulares, límites que impactan sobre toda la población y, en especial, sobre derechos garantizados por la Constitución Nacional. Sin embargo, lejos de alertar sobre sus consecuencias, lo que parece primar es la posibilidad de que, a partir de la debilidad del demandado, las instituciones encuentren una oportunidad para colocarle un bozal a toda la sociedad. Los protagonistas del caso Barcelona-Pando son, por eso mismo, paradigmáticos.

Por un lado, Barcelona, una revista satírica cuyo objetivo es reírse de los medios concentrados que imponen relatos con la intención de dominar la opinión pública y la agenda política, eufemismo que convencionalmente utilizamos para referir a las condiciones en las que se ejercerá la vida democrática: quién manda y quién obedece.

Por el otro, la defensora de genocidas Cecilia Pando, quien se presenta ante los tribunales camuflada de madre, católica y docente, ofendida en su honor y herida en su intimidad.

Estos serán los actores, entonces, que representan ante la justicia un dilema complejo y central de las democracias actuales: el equilibrio entre la libertad de expresión y lo derechos individuales o personalísimos.

Hay una biblioteca jurídica del tamaño de Babel dedicada a argumentar cuál prima sobre cuál, desde los tiempos más remotos del Estado de Derecho, pero lo cierto es que en estos, los años nos tocan vivir, esta batalla ha cobrado una actualidad global, y no por casualidad ha tenido en Perú, España, Francia, Alemania, Turquía y ahora Argentina –por poner sólo algunos ejemplos recientes- una característica en común: la sátira.

La vara para medir quién manda

El más interesante artículo jurídico especializado con respecto a este tema forma parte de la biblioteca de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y su título es muy didáctico: Libertad de información, democracia y control judicial[1]. Sus autores son Catalina Botero Marino, Juan Fernando Jaramillo  y Rodrigo Uprimny Yepes, tres expertos colombianos y el dato de la nacionalidad no es menor: si soportan la lectura de este artículo hasta el final, ya sabrán por qué.

Comienzan señalando lo evidente: lo intrincado, pero también definitorio de este conflicto:

“La polémica sobre los alcances y los límites de la libertad de expresión e información en las sociedades contemporáneas es quizá una de las más agudas y fecundas de la teoría constitucional actual. Las razones que explican el particular interés de la doctrina y la jurisprudencia sobre esta cuestión son, fundamentalmente, dos. En primer lugar, la idea, cada vez más generalizada, según la cual la libertad de expresión e información es un derecho que, tal vez como ningún otro, constituye condición sine qua non para la existencia de un verdadero Estado constitucional. En segundo término, la indiscutible complejidad que, desde el punto de vista de la armonización del conjunto de los derechos, bienes e intereses constitucionales, plantea el ejercicio de las mencionadas libertades”.

¿Cuál es la complejidad?

Digamos, para simplificar, que la Constitución establece derechos y que el ejercicio de los mismos produce conflictos: cuál es más importante/esencial/determinante para la vida en democracia es una jerarquía que establecen los jueces a través de sus sentencias. Es en esta valoración cuando el caso Pando contra Barcelona cobra su real dimensión: la Cámara de Apelaciones acaba de establecer que por encima de la libertad de expresión está Pando.

Según quien lea esta frase, será la conclusión, pero además del ojo del que lee está el Estado de Derecho, que es ciego: ve a través de estas sentencias. Es decir, que de ser confirmada por la Corte Suprema –instancia a la que apelará la revista Barcelona– a partir de entonces y por siempre los derechos personales gobernarán a la libertad de expresión.

Lo dicho: esto mismo se está debatiendo en tribunales del mundo entero.

Y esto es precisamente lo que analiza el artículo de los expertos colombianos.

Detallan las más importantes sentencias de Alemania y de Estados Unidos para comparar dos paradigmas opuestos. El resultado: la Corte alemana ha privilegiado los derechos personales, en tanto la norteamericana ha consagrado el privilegio de la libertad de expresión.

No vamos a aburrir ahora con los ejemplos, pero son todos interesantes y, por lo que representan, merecen ser materia de estudio en cátedras de Derecho y de Comunicación, pero alcanza con describir que en todos los casos establecen lo que los expertos denominan “estándares de actuación”. Es decir, la intención de este artículo es encontrar una forma de que, más allá de los paradigmas que cada sociedad privilegie, la justicia tenga un método para “medir”, la vara con la cual dirimirlos. En palabras de los expertos: “criterios de ponderación”.

“Dado que la libertad de información debe armonizarse con los restantes derechos y libertades fundamentales, resulta esencial —a fin de evitar restricciones arbitrarias— que se defina el mapa de limitaciones reciprocas, acorde con criterios objetivos, homogéneos y universales, coherentes con el sistema axiológico establecido en la Constitución”.

¿Cuál es la regla para trazar las fronteras?

La ponderación.

Es tarea de los jueces, entonces, ponderar.

¿Qué significa ponderar?

Algo muy concreto: evaluar dos cosas.

Contenido y contexto.

“El contenido de la información y el contexto en el cual ésta se expone adquieren entonces particular trascendencia dentro de esta ponderación, ya que permiten determinar los pesos relativos de los derechos en conflicto”.

¿Cómo ponderar contenido y contexto?

Los expertos sistematizan el método utilizado en fallos alemanes y norteamericanos –es decir, es paradigmas opuestos- para determinar así los ítems que deben responder los jueces en sus sentencias. Estos son:

“Los criterios centrales de la jurisprudencia comparada para resolver las tensiones entre la libertad informativa, la intimidad y el buen nombre son:

  • la diferencia que existe entre emitir opiniones y afirmar hechos,
  • la distinción entre distintas esferas de intimidad de las personas, el carácter público o no de la persona afectada,
  • la existencia o no de un interés general en la divulgación de la información,
  • el grado de afectación de la intimidad en relación con la importancia que puede tener la información para un libre debate democrático sobre asuntos colectivos,
  • el carácter injurioso o no de la información revelada,
  • el contexto o “ foro” en el cual es manifestada la opinión o es revelado un hecho,
  • y, finalmente, los tipos de discursos, pues merecen mayor protección aquellos que se refieren a los debates esenciales de la vida colectiva”.

Como son colombianos (y esto es sólo una parte de lo que su identidad revela: paciencia) agregan una octava que es clave: “el mercado equitativo de ideas”.

Para decirlo en criollo: los jueces deben mensurar si están ante Clarín o Barcelona.

Argumentan los expertos colombianos:

“Ciertamente, en la actualidad, el flujo informativo se caracteriza por la presencia de      grandes medios de comunicación, muchas veces gerenciados por intereses económicos o políticos, que monopolizan el mercado e impiden que todas las ideas e informaciones tengan la misma posibilidad de circular libremente.. En consecuencia, en una sociedad democrática, el derecho constitucional no sólo tiene como tarea minimizar las restricciones estatales a la  circulación de las informaciones (modelo de libre mercado de ideas), sino que también debe intentar corregir las asimetrías de poder y buscar una mayor equidad en la  participación de las distintas informaciones en el debate público. Es lo que podríamos  llamar la búsqueda de un “mercado equitativo de las ideas”. (…) El excesivo peso del  dinero o del poder en la dinámica de   los medios de información genera obvias desigualdades en los procesos de comunicación, pues favorece ciertas voces mientras que silencia a otras”.

La siempre perseguida

Apliquemos ahora estas categorías de ponderación al caso Barcelona.

Comencemos por ponderar lo que representa: una publicación satírica.

Una de las consecuencias de las caricaturas de Mahoma creadas por dos dibujantes daneses fue sembrar una catarata de textos jurídicos sobre sátira y libertad de expresión. Definida por los expertos como la zona de conflicto jurídico por excelencia, la sátira ha sido sentada en el banquillo de los acusados desde siempre, y en los últimos años, de forma constante y despiadada. Tanto, que la mejor defensa esgrimida por un tribunal internacional se sintetiza en una frase: “El humor no es serio”.

La especialista española Natalia Meléndez Malave resume en un interesante ensayo[2] la historia de persecuciones –multas, encarcelamientos, muerte- de la que fue víctima el género desde el inicio mismo de la organización republicana. Resume:

“La historia de las represalias contra la libertad de expresión de dibujantes y de responsables de medios de corte satírico o que incluyan secciones caricaturescas es tan aciaga como extensa. (…) Son mayoría los ejemplos en que se emprendieron         injustas medidas legales o, aún peor, acciones violentas, por causa de unas viñetas sin que éstas fueran en absoluto ofensivas. Y, en general, la respuesta a estas viñetas “incómodas” ha sido siempre excesiva”.

De su extensa enumeración, sólo citamos parte del último tramo que refiere al informe publicado en la página web Wittyworld Internacional Cartoon Center, a cuyo frente se encuentra el dibujante Joe Szabo, miembro de la Comisión para la Libertad y la Justicia a través del Humor de la UNESCO:

“El informe habla de encarcelamientos en India, Irán y Turquía, de disturbios contra los responsables de la publicación de viñetas en China (1992) y Kuwait (1996), o de        medidas tan surrealistas como la prohibición en Camboya de representar a los políticos como animales o el impedimento de conceder premios a un caricaturista procesado en    Chipre. Además, se recoge el dato de que en países como Sudáfrica (1987), Croacia         (1992), Egipto (1995) o Alemania (1995) el refuerzo de los controles a la prensa o el       endurecimiento de ciertas leyes guarda relación con la publicación de viñetas      polémicas”.

Su conclusión:

“Una nueva ola de intolerancia amenaza a la caricatura, el humor gráfico y el cómic, expresiones artísticas y comunicativas que, por definición, sólo pueden basarse en la libertad”.

Este el contexto que deben mensurar los jueces: la sátira es una histórica perseguida por los tribunales. Tanto, que en un artículo de la organización Rights Internacional proponen que en los conflictos de libertad de expresión[3] uno de los puntos a mensurar sea “el tono”. Pretenden así proteger a una eterna censurada por los jueces: la risa. “Precisamente, el discurso satírico, el que no agrada, es el más protegido por la libertad de expresión. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) tiene una expresión muy feliz y plantea que la libertad de expresión adquiere su sentido y plena eficacia protectora allí donde surgen discursos críticos, que no son bien recibidos por ciertos sectores, que es cuestionador. Y la razón que dan es que estas son las características principales de la democracia: el debate y la crítica amplia”[4], explica el asesor legal del Instituto de Prensa y Sociedad peruana, el experto Roberto Pereira, docente del Departamento de Derecho de la Universidad Nacional.

De quién se ríe Barcelona

El objetivo de la sátira de Barcelona es claro: el discurso mediático hegemónico. Lo precisan varios estudios académicos de reconocidos especialistas –Ana Amado Suárez, Luis Alberto Quevedo, entre otros- tal como cita Pablo Corso en su tesis Barcelona y el fin de los límites[5] , cuya síntesis es el alegato más contundente sobre cómo debe ponderarse todo lo que allí se publica: “Hoy cuando una noticia resulta inverosímil se dice ´parece sacada de Barcelona´”.

Ese pacto de lectura, ese estilo determinado y característico, ese absurdo utilizado para referirse a los medios, establecido desde hace muchos  años y con idénticos y característicos recursos, estaba claro y asentado para lectores habituales y ocasionales cuando la revista publicó la sátira de Pando. La pertinencia de la publicación se justifica por sí sola googlenado la cantidad de medios que reprodujeron el encadenamiento que protagonizó la defensora de genocidas y que las capturas de pantallas que ilustran esta nota dan cuenta solo en forma parcial, porque superan las dos docenas las que aun pueden encontrarse en el buscador tecleando “Pando” “encadenamiento”.

En tanto, la publicación en sí, debe mensurarse tal como concluye Corso en su tesis:

“Mediante fotomontajes intencionalmente burdos, Barcelona subvirtió el valor de esos recursos, con epígrafes provocativos e imágenes que construyen una estética provocativa. La revista usa las imágenes en forma paródica, con el objetivo de editorializar”.

¿Sobre obre qué editorializa así Barcelona?

Responde Corso en su tesis:

Barcelona plantea una clave de lectura de la realidad en abierta oposición a la de los grandes medios nacionales. A través de un doble proceso de sátira periodística, la revista ridiculiza tanto a los sujetos de la noticia como a los mecanismos retóricos mediante los cuales ésta es construida en los medios”.

Una posible síntesis de la mirada jurídica sobre el estilo Barcelona es la que da en un artículo titulado Libertad de expresión y derecho al honor[6], publicado en la web del estudio de abogados Embidoli-Vera:

“El humor, animus iocandi, siempre ha dado pie a una interpretación más laxa de los márgenes del derecho de libertad de expresión. Su finalidad no es causar denigrar,     injuriar o causar menoscabo en la dignidad de una persona, su objetivo es hacer reír    (independientemente de que se consiga o no) y, en la mayoría de ocasiones, esto se consigue a través de manifestaciones alteradas, exageradas o deformadas de la   realidad”.

La in- injusticia

En su fallo, la Sala D de la Cámara de Apelaciones deja en claro que está probado que Pando es una persona pública y que, según dictamina la perita psicóloga, no sufrió trastornos por la publicación. También cita fallos internacionales y criollos sobre la importancia de la libertad de expresión en las sociedades democráticas. Valora, sin embargo, que los derechos personales al honor y a la propia imagen están por encima de la libertad de expresión,  y fija en esos derechos personales sus nuevos límites. Penaliza entonces a la revista con una suma que calcula de acuerdo a su tirada, a pesar de haber sido esta confiscada en los kioscos, cuando Pando solicitó esa medida y un tribunal ordinario se la concedió con prisa y eficacia.

Obliga a la publicación a pagarle a Pando una compensación que aumenta de 40 a 70 mil pesos.

La obliga también a pagar honorarios de abogados y peritos, y fija las sumas que le corresponden a cada uno.

No pondera lo que estas cifras representan para una publicación independiente y autogestiva. No pondera tampoco lo que esta penalización económica ha representado en publicaciones similares de épocas recientes, como el caso de la revista Humor, a la que arrastraron a la quiebra y cuyas sentencias deben abonar hoy la hija del editor, ya muerto.

No pondera que la Asociación de Revista Culturales Independientes (AReCIA) clama desde hace años por una ley que las proteja, entre otras cosas, de estos acosos legales que ponen en riesgo publicaciones, fuentes de trabajo y derechos humanos y sociales.

No pondera, finalmente, aquello que los expertos colombianos señalan en forma dramática al concluir su análisis sobre la libertad de expresión en el contexto de nuestras democracias latinoamericanas.

Ellos nos advierten:

“Mientras sigan asesinando a  quienes  tienen la misión de informar la verdad o a quien se atreve a pensar diferente, no podrá  sostenerse que  en Colombia, se garantiza, verdaderamente, el derecho fundamental a la libertad de expresión”.

Señoras y señores jueces argentinos: con sus fallos están asesinando revistas independientes.

Ponderen esa cruel injusticia.

[1] http://www.corteidh.or.cr/tablas/r29967.pdf

[2] https://www.tebeosfera.com/documentos/la_libertad_de_expresion_mas_alla_de_los_limites_de_la_vineta.html

[3] http://www.rightsinternationalspain.org/es/blog/69/libertad-de-expresion-y-la-ofensa-al-islam:-una-cuestion-de-equilibrio

[4] http://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/libertad-de-prensa-opinion-juzgada/

[5] http://newpagecomunicacion.sociales.uba.ar/files/2013/02/2127.pdf

 [6] http://embidoliverabogados.net/libertad-de-expresion-y-derecho-al-honor/

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